martes, 2 de noviembre de 2021

CON SUERTE... EN NAVIDAD: LA PORTADA

 Hoy dejo en el blog la portada de la próxima novela que publicaré con el selló HQÑ de HarperCollins Ibérica. Se llama Con suerte... en Navidad y su mayor fortaleza son unos personajes muy especiales, además de que se lee en poco más de una tarde. 




Y que te ríes, porque tiene algo loco esta historia; es desenfadada.

Solo voy a decir una cosa hoy: está escrita para evadirse un rato. El año pasado, 2020, fue muy duro para muchos; 2021, para mí, ha sido todavía más, así que solo tengo ganas de divertirme, de leer por placer, de dejar el libro con una sonrisa que me permita encarar 2022. Y eso es lo que os presento ahora.

Espero que me acompañéis.


domingo, 3 de octubre de 2021

OCTUBRE, MES DE LAS ESCRITORAS

Aprovechando que el mes de octubre es el mes de las escritoras, La colina del almendro estará a mitad de precio. Los seis euros que cuesta el ebook sin descuento se quedan en 2,84€ en Amazon. No está mal, ¿verdad?



Durante todo #octubre, #lacolinadelalmendro estará a mitad de precio en #ebook. Aprovecha para conseguir esta fascinante novela que ya ha cautivado a miles de lectores. Disponible en #KindleUnlimited

Y un enlace para la compra. Este:

La colina del almendro

¿No me digas que todavía no has oído hablar de ella? Es una novela de venganza, superación, amor y guerra, ambientada en la Inglaterra de principios del siglo XX. Es un viaje por la lucha sufragista y el reflejo de un momento de grandes cambios para la humanidad. Y es la historia de Mary Davenport.

Más de 5000 lectores ya se han enamorado de ella. ¿Te apuntas? 



viernes, 1 de octubre de 2021

APRENDER DE LOS ERRORES: UNA NOVELA QUE NO ME HA CONVENCIDO




Estos días he leído una novela que no me ha convencido. La descargué porque me la sugería el kindle tras mi última lectura; miré la sinopsis, leí el fragmento gratuito y me pareció que estaba muy bien escrita. Eso, en novelas digitales ya va siendo excepción más que norma (siento mucho escribir esto, pero me está pasando), así que decidí que, como el principio estaba dentro de lo correcto y la sinopsis no estaba mal, la leería.

En poco más de dos capítulos me di cuenta de que me había precipitado.

La novela está escrita de manera correcta, el archivo no tiene fallos significativos, pero tiene otros de los que he ido siendo consciente a medida que avanzaba con la lectura.

Un error es la claridad narrativa. Me está costando muchísimo visualizar lo que me cuenta. No es porque no haya descripciones, sino por lo contrario: son exhaustivas. Y eso, el exceso de datos, sobre todo porque me los da todos juntos, lo estoy sintiendo como un error. La descripción física del personaje hasta sus más mínimos detalles interrumpe la acción de un modo tan brutal que supone que me "olvide" de eso otro que me estaba contando. Ese parón desdibuja lo que para mí es esencial, ese hilo conductor que hace que la historia te absorba.

Pierdo el hilo, nunca mejor dicho.

Otro error, siempre desde mi punto de vista, lo constituyen los personajes de ambiente. Esos personajes, en las buenas novelas, no tienen importancia alguna. Son como sillas, las pones porque tiene que haber un lugar donde sentarse, y las pones acordes con la época en la que transcurre la novela porque, de otro modo, resultarían chocantes. A las sillas se les presta la mínima atención: silla de caoba, silla baja, sillita, sillón... Ya. No me hace falta remontarme al carpintero que la talló en su día o al señor que fue con su hacha a cortar el árbol al bosque para hacer esa silla.

En esta novela, se remontan a la prehistoria para contar cualquier idiotez. Para hablar hasta de un personaje con el que se cruzan por la calle y al que no vuelves a ver.

Al principio, como no conocía la historia, intentaba memorizar todos esos datos, porque suponía que, si me los daba, era porque eran importantes. Ya sabéis, la famosa pistola de Chejov. No puedo citar la frase exacta, pero viene a decir que todo en la narración debe ser imprescindible o, de no ser así, debe suprimirse.

Si me dejaran boli rojo, esta novela perdía la mitad de sus páginas, porque se puede prescindir de casi todo.

Ya solo con estos dos errores la lectura se me estaba complicando, pero vino un tercero a tocar las narices. El tercer error tiene que ver con la construcción de personajes. Hay una cosa muy útil que se llama observar la vida para darse cuenta de que estos que me presentaba la novela respondían a arquetipos de cartón piedra. No tengo nada en contra de usar arquetipos, pero siempre que respiren. Puedo jugar con el tópico de una madrastra mala, no me importa; pero puedo matizarla. Que sea mala, que no acabe pareciendo tonta, por favor.

Puede que a veces pensemos que lo que estamos leyendo nos hace perder el tiempo. Es cierto, tal vez, si solo eres lector. En mi caso, al escribir, no lo estoy perdiendo porque de lo que no está bien también aprendo. Me sirve para tratar de no cometer los mismos errores o para hacer una reflexión que nos sirva en clase como ejercicio. Pero solo lo resisto si lo que encuentro, por lo menos, está bien escrito.

Por eso no la abandoné.

Tampoco la voy a valorar con estrellitas, porque no serían muchas. Puede que haya alguien que no escribe que esto que estoy diciendo ni siquiera lo entiende y no lo entendería. Y no soy quien para bloquear con un comentario negativo la lectura de nada.

Por mucho que no me haya convencido.


miércoles, 29 de septiembre de 2021

AL FINAL, NOS CONOCEMOS TODOS

 Cuando estudiaba literatura, una de las cosas que más me llamaba la atención era que los escritores se conocieran. No sé, supongo que al escribir desde que era muy pequeña y no compartir con nadie lo que hacía, asumí que ese era el camino. Solo al crecer, al aparecer las redes, pude comprobar como las afinidades van creando grupos de autores en torno a los que se va generando eso que conocemos como generación literaria.

Hace un par de años hice un intento de recopilar a los autores que están más próximos a mí, un juego en el que aparecían nombres como Pilar Muñoz, Roberto Martínez Guzmán, Mónica Gutiérrez, María José Moreno, Laura Sanz, Mayte Uceda, Antonia Corrales y Víctor Fernández Correas. Con todos ellos he tenido largas charlas literarias y personales, porque llega un momento en el que la vida personal se acaba fundiendo con esa inquietud que nos puso en contacto y ambas facetas se tocan hasta fundirse en un todo.

Hablo de filias, pero también se desarrollan fobias. Como en todo en la vida, puede que haya autores con los que no tengas ni la más mínima conexión. Y puede que haya otros a los que tú ni contemplas, porque no los ves, porque no están en tu órbita, que se empeñan en odiarte y lanzar sobre ti toda su frustración. Entonces, de la peor manera, es cuando los ves, pero para no contemplar sus letras nunca más.

Esta mañana me levanté pensando en la cantidad de autores actuales que no son unos desconocidos para mí. Aficionados y gente que ha convertido esto en su profesión. Autores que desaparecerán barridos por el paso del tiempo y otros que tal vez (estoy segura de algunos) acabarán siendo estudiados en los colegios y universidades.

Al final, en este mundo, como en todos, nos acabamos conociendo y reconociendo, porque poco a poco vas sabiendo quién es bueno de verdad, quién tiene una flor en el culo o quien estaba en el momento justo en el sitio preciso, pero nada más. Quien se queda en tu corazón y en tu cabeza y quien es solo una ráfaga de viento que te obligará a ponerte una chaqueta, pero de la que te olvidarás en cuanto pase.

No sé.

Es raro y es normal.

Es bonito haber vivido dentro de este sueño tantos años. Si se lo hubiera contado alguien a la niña que fui estoy segura de que habría pensado que estaba loco.

miércoles, 8 de septiembre de 2021

NOS VEMOS EN LA FERIA DEL LIBRO DE MADRID

 Desde que empezó esta aventura literaria, solo he faltado dos años a la cita en la Feria del libro de Madrid: el año pasado, porque no hubo, y en 2015, porque ese año la novela que tenía a la venta se publicó la misma semana de la Feria y solo en digital. De hecho, no iba a salir en papel, pero funcionó tan bien que al final así fue.

Estoy hablando de La chica de las fotos.

Este 2021 casi no contaba con ello, pero al final voy a ir, el día del estreno de la Feria, este viernes 10 de septiembre de 7 a 9 de la tarde en la caseta 17, la de HarperCollins. La verdad es que estoy recibiendo muchas disculpas por no poder ir, supongo que la gente le tiene mucho respeto todavía a mezclarse en eventos multitudinarios, así que, si eres de los que sí ha decidido ir, quizá podamos vernos sin colas ni nada.

Llevaremos mis dos últimas novelas, La colina del almendro y Años de mentiras, y me llevaré a mí misma. Voy a salir de casa, aunque ya no puedo decir "por fin", porque la verdad es que he estado de vacaciones en Asturias y Galicia estos días pasados. Me han venido muy bien para recargar pilas y para volver a ver el mar.