sábado, 24 de marzo de 2012

UNA INVITACIÓN: ELLAS TAMBIÉN VIVEN.

El otro día recibí una invitación. No es para mí sola, es para todos los seguidores del blog. Por eso hoy la comparto con vosotros. Venía de dos blogs: Kayenna: negro sobre blanco; Los libros de Almu y directamente de Pilar Muñoz, autora del libro que se presenta, Ellas también viven.

Tenemos el placer de invitaros, tanto a ti,
como a los lectores y seguidores de El espejo de la entrada
a la próxima presentación de
ELLAS TAMBIÉN VIVEN. Relatos de mujer.
que tendrá lugar en Madrid, en el Café Literario Libertad, 8
el día 13 de abril a las 19:30.

Pues ahí está, hago extensiva la invitación a los que tengan la suerte de vivir cerca y se puedan pasar por allí.

viernes, 23 de marzo de 2012

HOY CUMPLIMOS CUATRO AÑOS.

Hace unos minutos, el reloj del salón, ese que suena tanto que a veces dan ganas de estamparlo, ha hecho "clack" en el instante justo que rebasaba la media noche, y me he dicho que era el momento de ponerse a escribir. Hoy, El espejo de la entrada, cumple cuatro años. Han sido irregulares, no siempre le he hecho mucho caso. Al principio no me daba cuenta de que éste era también mi hogar. Supongo que la decoración era escasa y el tiempo, mi tiempo, no acompañaba. Poco a poco he ido haciendo de este espacio virtual un rincón donde sentarme un rato y desconectar del otro mundo más cercano, del real. ¿Sabéis cómo empezó todo? Por esta entrada, ya ves, en la que nadie comentó, porque obviamente nadie más que yo sabía de este espejo. Es lo que pasa con los blogs nuevos, son ultrasecretos hasta que alguien los descubre. Los pierdes un poco, dejan de ser tuyos en exclusiva, pero ganas el cariño que muchas veces te llega de vuelta.

Hoy, han pasado tantas cosas, mi vida gracias a que aquel domingo me aburría y abrí un blog, es tan distinta, que no podría resumirlo en una entrada. Sólo os diré que ha merecido la pena, que he conocido gente, me he emocionado, me he reído, he llorado, he celebrado mis triunfos y los de los demás. En definitiva, otra vida diferente se abrió ante mis ojos y creo que la he disfrutado plenamente.

Como no quiero quedarme sólo en eso, os invito a leer la entrada que tenía que ser la que hoy ocupase, por derecho la portada de El espejo de la entrada. La presentación de Nivaria en la Biblioteca Almudena Grandes. Ahí lo dejo:


Acabo de volver de la presentación de Nivaria. Sí, ya sé un poco tarde, pero es que la hemos prolongado un poco tomándonos algo juntos. Cualquiera sabe cuándo sucederá de nuevo. 


La tarde, para mí, ha empezado muy prontito, cuando he agarrado mi coche y he salido corriendo hacia Azuqueca antes de que alguno de mis hijos me diera otro susto. El primero ha llegado a la una y media cuando me han llamado del colegio para que recogiera al mayor, que se había puesto malo. De pronto he pensado que todo se había puesto en mi contra: ayer la meteorología y hoy la salud. Visto que no era un problema importante, nada más darles de comer he salido de casa casi sin despedirme. Por si acaso. Eso sí, las cartillas del médico se han quedado encima de la mesa del salón.


El viaje ha sido tranquilo. Música suave en el coche y velocidad moderada para no llevarme el susto de una multa. Al llegar a Azuqueca, tal y como habíamos quedado, he llamado a Óscar para ir a recogerle al hotel. Le faltaba un ratito para prepararse, así que he hecho algo de tiempo y a la hora acordada, casi a la vez, nos hemos encontrado en la puerta. No ha hecho falta mucho esfuerzo para reconocernos mutuamente. Creo que después de los dos besos de cortesía, nos hemos dado cuenta de que ya nos conocíamos. Lo que no sabía él de mí era mi carácter: ha habido un momento en el que me ha preguntado si yo siempre soy así de acelerada. ¡Y eso que estaba super tranquila! Ya le he dicho que no me ha visto acelerada...


La biblioteca ha sido nuestra siguiente parada. Eva Ortiz había salido pero la hemos encontrado rápidamente. Con un café enfrente la charla se ha animado y la novela, convertida en protagonista del día, se ha colado en la conversación, hasta que Eva nos ha invitado a dar un paseo. Tenía que recoger su coche en el taller. Vamos, lo lógico que se hace el día que vas a presentar tu novela a tropecientos kilómetros de casa. Pero ha sido la excusa perfecta para seguir hablando de Nivaria, del papel de los blogs en la difusión de la obra de autores noveles, de las reseñas, de cómo está cambiándolo todo internet... eso en medio de un taller de coches, apartándonos convenientemente para no resultar atropellados por algún mecánico despistado.


Al volver a la biblioteca ya era casi la hora. A Eva se le había ocurrido que podría presentar a Óscar y yo, por supuesto, no le he dicho que no. Me estaba pensando lo que podría decir cuando, por la puerta del centro cultural, ha entrado una chica altísima a la que también he reconocido sin ningún género de duda: Karol Scandiu. Nos hemos puesto a hablar (no sé, me parece que habla todavía más que yo) y me he olvidado de pensar en la presentación. Menos mal que ha llegado una concejala muy dispuesta y lo ha hecho ella, al final, a las mil maravillas. Sobre todo porque había cámaras que imponen muchísimo, aunque sean las de una televisión local.


El acto ha empezado con las palabras de la concejala (qué mala periodista soy, no recuerdo su nombre) y a continuación Óscar ha hablado de la novela, una semblanza general de la historia de Nivaria. Enseguida, sus madrinas han empezado con las preguntas, todas ellas super interesantes, y la charla ha fluido. Las dos horas que hemos estado ahí se me han hecho cortas. En ellas, entre la gente del club y el mismo autor han ido desgranando la novela, le han hecho sugerencias para los nuevos proyectos que aborde y le han dicho, por supuesto, que le esperan cuando tenga un nuevo libro.  Sé que ha disfrutado la tarde, no sólo porque lo hemos hablado, sino porque se lo veía en los ojos.


Nos hemos tomado algo con Eva y con Fernando, un seguidor de Óscar en Twitter que vive en Azuqueca y ha venido a la charla, y después, en Alovera, ya con más calma y frente a unos aperitivos, Karol, Óscar y yo hemos hablado de libros, de blogs, de proyectos, de niños, de insomnio, del pánico escénico, de zombies y vampiros, de un ordenador que se fundió, nos hemos enseñado fotos y cambiado libros que hemos firmado susurrando que el señor del bar seguro que pensaba que estábamos un poco locos. 


Ha sido un día especial. El próximo, el 24 de abril, el día en el que Karol Scandiu presenta Erótika. No sé las veces que me ha hecho prometerle que iré. 


Una promesa es una promesa, así que no me va a quedar más remedio...


Aquí os dejo unas cuantas fotos del día.
Óscar R, Arteaga con Eva Ortiz y la Concejala.
La sala de conferencias llena. La televisión local cubrió el evento.
Óscar R. Arteaga, Karol Scandiu, Fernando (amigo de Óscar) y una que no sé quién es.
Me encantó esto que hay pintado en una de las paredes de la sala de conferencias.

jueves, 22 de marzo de 2012

ÓSCAR R. ARTEAGA PRESENTA HOY NIVARIA EN LA BIBLIOTECA ALMUDENA GRANDES.

Hoy jueves 22 de marzo, a las 7 de la tarde, en la Biblioteca Almudena Grandes de Azuqueca de Henares, el autor Óscar R. Arteaga presenta su novela Nivaria.

En el acto estarán presentes los miembros del club de lectura que van a ser sus padrinos y cualquiera que se anime a pasar un rato hablando de la novela.


Yo ya me estoy preparando para ir.

miércoles, 21 de marzo de 2012

LAS TARÁNTULAS VENENOSAS NO SIEMPRE DEVORAN A LOS DIOSES GRIEGOS


Rachel Antunez Cazorla.

Páginas: 176.

ISBN: 978-1-4467-1056-2

Género: chick lit

Gea ha decidido que el por momento ya le han tomado el pelo lo suficiente como para no querer saber nada de hombres, después de que el cuernífero de su ex novio se fuera. Gea se reencuentra con alguien al que no esperaba ver de nuevo, y que revolucionará su tranquila vida.




Mi opinión.

Últimamente me está costando bastante centrarme en las lecturas que empiezo, así que me he apuntado a algunas lecturas conjuntas para obligarme de alguna manera a leer. El libro de Rachel parecía el adecuado, un libro de una temática ligera, cortito y con un título con gancho. No me equivoqué. No me lo leí del tirón, sino que necesité ponerme dos veces, pero porque me quedé sin tiempo la primera.

El libro, narrado desde la perspectiva de Gea, la protagonista, nos cuenta cómo ha vuelto a su vida un antiguo amor, por el que se siente muy atraída. Sin embargo no se deja llevar por sus sentimientos porque hace relativamente poco que dejó otra relación de años con Marcos y tiene miedo de salir herida embarcándose a lo loco en una nueva historia. La novela es un tira y afloja entre los dos protagonistas, mantiene la tensión sexual hasta el final y se recrea en los sentimientos de la protagonista, que alternan la euforia con momentos bajos que combate a base de chocolate y helados, arrepintiéndose al instante por la cantidad de calorías que ha ingerido. Esto me puso un poco de mala leche porque no me gustan los tópicazos y este no puede ser más recurrente en este género.

Creo que el de Gea es el personaje que nos queda más claro, básicamente porque al estar narrado en primera persona conocemos todo de ella, desde sus emociones hasta sus obsesiones. Héctor, el protagonista masculino, aparece ante nuestros ojos como un muchacho encantador y de un físico imponente. Desde mi punto de vista (y sólo desde el mío) creo que podría haberle dibujado un poquito más duro. A veces, al escucharle dirigirse a Gea con algunos apelativos cariñosos no me lo terminaba de creer. ¿Dónde están los hombres que hablan así? A lo mejor en el Olimpo, o en las novelas. Puede ser. En la vida real no lo creo. Al menos yo no me he encontrado ninguno.

El resto de personajes que circulan por la historia son accesorios, incluso Helena, la ex de Héctor y que fue la causante de la ruptura de Gea y su dios griego cuando eran adolescentes. Creo que no se ha entretenido demasiado en ellos pero es normal, al tratarse de una novela corta.

La historia está contada con mucho humor y salvo por algún error al usar alguna palabra, a la que le atribuye un significado que no tiene (me ha salido la profe), y alguna falta de ortografía, la novela está bien llevada y supone un agradable tiempo de lectura, aunque se le podría haber sacado mucho más partido.

Gracias a la autora por proporcionarme el ejemplar digital para esta lectura conjunta.

martes, 20 de marzo de 2012

EL MEDALLÓN DE LA MAGIA YA ESTÁ EN AMAZON


En esta entrada os traigo una noticia: El medallón de la magia, mi última novela, ya está en Amazon.

Me ha costado mucho dar este paso porque soy de natural inseguro, pero finalmente lo he logrado. En realidad, esta entrada es para agradecérselo a las personas que lo han hecho posible.

Empezaré por el principio.

Ana Esteban. Ana es mi prima, casi mi hermana pequeña. Los diez años que tenemos de diferencia nunca han sido un obstáculo para que nos entendamos a la perfección. Supongo que Ana, por sus propias circunstancias vitales, ha sido siempre muy madura y yo un poco lenta en eso de crecer. En muy poco tiempo alcanzamos el punto de equilibro para entendernos. Por eso Ana fue la primera persona que tuvo en sus manos El medallón de la magia, cuando todavía no era más que un boceto de la novela. Sus comentarios y su entusiasmo abrieron una puerta que siempre había mantenido con siete llaves: dejé que alguien leyera lo que escribo. No sólo eso, consiguió que acumulase la confianza suficiente para presentarme a un concurso de cuentos.

El segundo empujón llegó de allí. Presenté un relato y quedé en segundo lugar. Al año siguiente logré el primer premio.

A partir de ahí, como ya he dicho muchas veces, se desencadenó todo esto. Autoedité La arena del reloj para mi familia, con el dinero del premio, y fue mágico en cuanto mi madre, gran responsable también de todo esto, me fue consiguiendo lectores. Los libros en papel volaban de mis manos y Eva Ortiz, la bibliotecaria de Azuqueca, organizó una charla con lectores. Su chico de alquiler está aquí gracias a eso.

Si hay alguien que se ha empeñado en que no me rinda es Alberto. Si yo me canso él me empuja un poco más. Si yo decido que he alcanzado mi techo, lo pone más alto para que siga luchando. Nunca se da por vencido. Supongo que en esta vida lo mejor es tener a alguien que nunca deja que te acomodes. Aunque estresa a veces.

En los últimos tiempos han aparecido también personas maravillosas que han creído en mi capacidad, y que me lo han hecho saber. Me refiero a la gente de los blogs. Bárbara Daniela Jiménez Pastrana, Barby, para quien está dedicado este libro, fue la primera. Se fue sin poder disfrutar conmigo de todo esto, pero se marchó con una promesa: iba a cuidar de mis “niños”. Yo empiezo a creer que lo está haciendo, y muy bien. Los siento protegidos por su magia.

Además de Barby hay otras personas especiales. Kyra, desde México, siempre me manda su energía. Tatty, Marga, Margari, Sandra… sois muy especiales. Amigas blogueras que reservan espacio y palabras en sus blogs para mis libros. Eso no se paga con nada.

En este tiempo he conocido a escritores que se han convertido en amigos. Ángels Om, con quien comparto más cosas de las que ninguna de las dos nos imaginábamos cuando nos encontramos en un grupo de Internet; Enrique Osuna, de quien siempre recibo buenos consejos y con quien es un placer escribir y Emilio Casado Moreno, casi de los primeros que conocí, a quien me unen proyectos comunes y que no se corta si me tiene que mandar collejas virtuales para que espabile. Pero no son los únicos, hay muchos más nombres en esta lista: Blanca Miosi, Félix Jaime, Luis Miguel Morales Peinado, su hermana Koncha,… seguro que me estoy dejando a alguien. Me animan con sus palabras, me empujan a su manera.

También, por supuesto, están las personas que comentan en este blog, que me envían palabras que emocionan siempre: Paloma, a quien conocéis porque hizo una reseña sin tener blog, mi amiga Dácil, madre desesperada a veces y excelente persona siempre,  Astarielle, que siempre tiene tiempo para comentar algo… aquí sé que me dejo a mucha gente.

Si hay alguien a quien a quien le debo de verdad la noticia de hoy es a Armando Rodera. Ha sido mi apoyo en este último mes, me ha ido dando instrucciones para que no me perdiera. Sin su ayuda y la de Arantza Soto creo que no habría sido capaz. Ya sabéis que os debo una.

En el último momento, cuando una duda enorme me asaltó, otro escritor me echó un cable: Carlos Moreno Martín. Gracias, miles de gracias, me desatascaste.

Este es el enlace, por si os queréis pasar.