martes, 4 de diciembre de 2012

ESCRITORES, NOVELISTAS Y ALGUNAS GENERALIDADES PREVIAS A ESCRIBIR UNA NOVELA.



Escribir no es solamente juntar palabras con coherencia sintáctica. Implica, además, reflejar la sensibilidad del autor, su cultura y su capacidad para emocionar. Por eso, no todo el que escribe de manera correcta, tiene talento literario. Viviríamos rodeados de escritores. Prácticamente todos los autores de buenas reseñas literarias en los blogs, serían escritores, porque tienen soltura para expresar su opinión y construyen textos que se entienden, ¿no? Un escritor, necesariamente, tiene que tener algo más, un don para tocar el alma de sus lectores.

Sin embargo, existen fórmulas para escribir novelas, generalidades que pueden lograr que casi cualquiera que se exprese medianamente bien y tenga imaginación suficiente, pueda lograr construir una novela entretenida y solvente. Estaríamos entonces, ante un novelista.

¿Queréis saber cómo? Hace meses estuve investigando y entre mis papeles han aparecido las notas que tomé. Hablaban de la creación de un best seller, generalidades a tener en cuenta antes de enfrentarse incluso a empezar la construcción del texto. Eran pocas instrucciones y me tomé un tiempo en anotarlas.

Empezaba diciendo que lo primero, lo fundamental, era pensar en un argumento que distraiga. Evidentemente, si ideamos una novela en el que el centro de la acción sea el aleteo de las moscas, no podremos ser Pepita Pérez, la secretaria de un taller de coches, futura novelista de éxito: tendríamos que tener un talento especial, ser capaces de emocionar desde la nada más absoluta, espacio reservado solamente a quienes he llamado escritores al principio.

Lo siguiente que recomendaba era que no se podía dejar nada a la imaginación del lector. Todo hay que enlazarlo, atarlo, no hacer trampas en definitiva. Pues esto que parece una perogrullada, no lo es. Es mucho más complicado de lo que puede parecer en principio. Muchas novelas, publicadas con el apoyo de grandes editoriales, están llenitas de trampas.

La tercera instrucción hablaba de los personajes. Recomendaba que fueran familiares, identificables, cercanos… Debían ser humanos pero con algo especial, tampoco valía cualquiera. Pensé que es sensato, de hecho, algunas de las novelas que más me han gustado tenían como protagonistas a personajes con los que podrías cruzarte en el metro. Gente con aspecto normal, pero que en el fondo no lo son tanto. Por eso no son personas, sino personajes.

También se acordaban del lenguaje y en este caso no había dudas: preferiblemente, inclinarnos por una prosa cercana y comprensible. Nos aseguraría llegar a un número mucho más elevado de lectores.
Uno de los pilares del best seller es encadenar conflictos, sin dar un solo respiro al lector. No sé dónde, hace años, leí que Ken Follet se lo planteaba como reto, que no se superasen las dos páginas de lectura sin que la acción avanzase. Eso le da ritmo a las novelas, el lector continúa leyendo casi sin darse cuenta de que está siendo llevado de la mano. Para esto había un truco: acabar un capítulo con un gancho, una pequeña anticipación de la acción del siguiente que obligase a seguir leyendo.

Finalmente, optar por los finales de película, pero no de una película de cine Croata (lo siento, he visto un cartel del cine club, donde había un título algo así como ¿Qué es un hombre sin bigote?, dentro de un ciclo de cine Croata subtitulado y me ha podido), sino una de esas películas cuyos finales se te quedan grabados, aunque sea previsible. Eso no importaba mucho, a veces los lectores están buscando en la lectura puro entretenimiento.

Dicho todo esto, me apunté las instrucciones pero siento decir que no fui capaz de hacer caso a casi nada. Sigo escribiendo por puro instinto. Ni siquiera soy capaz de hacer un esquema y seguirlo. Las navidades pasadas comencé una novela experimental, tenía todo clarísimo y antes de darme cuenta había perdido el hilo. A saber qué saldrá.

Reflexión de un martes lluvioso…

viernes, 30 de noviembre de 2012

RESPIRA...


Respira…

Llevo así toda la tarde.

Obligándome a respirar y a contar hasta diez.

Hace unos días, La arena del reloj tenía nueve comentarios. Algunos procedían de personas que conozco, o más bien de personas que he conocido después de que ellos se enteraran de que estoy en el mundo a través de la novela. No hay ningún comentario de mi familia porque, aunque una persona ha tratado varias veces de expresar su opinión, al ser alguien próximo a mí, no se la admiten. ¡Tócate los pies! Como que no hay comentarios en Amazon que proceden del entorno de los autores, que deberían estar eliminados por esa regla de tres. Más de dos casos conozco…

Mi amigo Enrique Osuna (perteneciente al grupo de personas que he conocido a través del libro) retiró su comentario, como todos los que hizo en esta página, por las razones que explica en su blog y que yo conocía de antemano. Me pareció perfecto, cada uno es libre de expresar su opinión y cambiarla, o no querer que esté visible. Al fin y al cabo los dos sabemos lo que opina de la novela, hemos hablado de ello en privado y a mí, con eso, me basta. Es más, me sobra con que la leyera y nos pusiera en contacto hace ya un año porque me dio la oportunidad de conocer a una gran persona. Esto no me enfadó, ni muchísimo menos, porque fue decisión suya, de quien subió el comentario.



Hoy he perdido otro comentario en El medallón de la magia. Porque sí. Porque a alguno de los entes misteriosos que se ocupan de esta página no le ha parecido bien y lo ha fulminado. Tenía cinco estrellas y se ve que han pensado que eran muchas. ¡Fuera! Sin más.

Me ha sentado mal, pero peor ha sido cuando me he empezado a dar cuenta de que no era a mí sola a quien le le estaban desapareciendo comentarios. Hay quienes han perdido muchos más en esta poda de puntuaciones del último viernes de noviembre.

Mal de muchos… Hasta me conformé, soy así…

Hasta hace un rato.

He recibido una nueva opinión de cinco estrellas. En Su chico de alquiler. Ahora que está número uno en juvenil. Precisamente ahora, después de que lleva mucho tiempo ahí y a nadie se le había ocurrido dejar sus impresiones en la página española, porque en la de Estados Unidos hace tiempo que sí la tiene.

¿Problema?

Pues que el autor de ese comentario no se ha leído una sola línea de mi libro, sólo lo ha hecho para colar un enlace a una novela con la que no me da la gana que se relacione a la mía. He escrito un correo para quejarme, pero no he recibido respuesta. A lo mejor están cenando todavía.

Lo que no entiendo de esto es me quitan opiniones de gente que SE HA LEÍDO mis libros y me dejan una de alguien que encima de que sus palabras demuestran que no ha puesto nada más que vaguedades que no dicen nada, te lleva a un libro con el que no tengo nada que ver.

No me da la gana de que se quede.

He denunciado un abuso.

A ver si hay suerte y mañana no está.

(Dos días después, el comentario sigue, pero esta vez, la respuesta que he recibido es mucho menos tajante y se plantean investigar a una persona que tiene más de cien comentarios en la misma línea que el que me ha dejado en el libro. No creo que suceda nada. Incrédula que me estoy volviendo...)

miércoles, 28 de noviembre de 2012

FERIA DEL LIBRO DE MIAMI 2012: ESTUVIMOS ALLÍ.

Este mes de noviembre se ha celebrado la Feria del Libro de Miami, 2012, y gracias a la generosidad de una editorial, Eriginal Books, y al empeño que ha puesto la escritora Marlene Monleón, muchos de los libros de lo que se va conociendo como Generación Kindle o Generación Siglo XXI, publicados en Amazon, han estado presentes en ella. Muchas gracias, Marlene.

Nuestros libros son ebooks, así que no existía la posibilidad de que estuvieran físicamente. ¿Cómo hacerlo entonces? Pues a modo de presentación digital que es realmente en el medio en el que nos movemos los nuevos autores de este principio de siglo.

Ahí estuvieron, en el stand: ¡mis tres criaturas!

Ya lo dije, estoy muy desconectada últimamente, pero el lunes recibí un correo precioso: una palabra mágica que además incluía el regalo de la fotografía de mis libros, que atestiguaba su presencia en la Feria del Libro de Miami, algo que no podía ver por mí misma y que sin ese correo se me habría pasado por alto.

¡Millones de gracias!
No sé qué haría sin ti.



Al principio, cuando abrí este blog, apenas escribía nada más que para mí, algunas reflexiones, pequeños relatos que se me ocurrían y las anécdotas que iban pasando en torno a mis libros. Algunas se convirtieron en pasos clave literariamente hablando, y aún me acuerdo de la primera feria del libro a la que me invitaron, donde presenté Su chico de alquiler y a la que acudieron muchos de mis amigos. Me emociono mucho recordando a mi amigo Javi, instándome a leer el principio y friéndome a preguntas, no sé muy bien si para enterarse de todo con detalle o para ponerme más nerviosa de lo que estaba. Parece mentira que haga ya más de un año que se marchó... me da mucho coraje no poder hablar con él de todo lo que ha pasado después de ese día, mucho más de lo que nunca me atreví a soñar.

No había pensado poner la fotografía en el blog pero de pronto me he dado cuenta de que realmente este es su espacio: es mi album de fotos literario, donde siempre he ido recogiendo los momentos claves de esta aventura.

Donde no se me perderá nunca.

Aquí se queda.

lunes, 26 de noviembre de 2012

REALIDAD AUMENTADA DE BRUNO NIEVAS



Sinopsis (extraída de Amazon):

Alex Portago recibe en su ciudad natal, Almería, una visita inesperada: un gurú de la tecnología le ofrece un contrato millonario —y con estrictas cláusulas de confidencialidad— para resolver unos «problemas» que han surgido en un proyecto de realidad aumentada, un desarrollo innovador de alta tecnología en el que la realidad virtual interactúa con el mundo real.

Entre el equipo de investigación Alex encuentra a Lia Santana, el amor que se le escapó una vez y que no está dispuesto a perder de nuevo. Juntos comienzan a buscar respuestas, aunque éstas no parecen arrojar otra cosa que nuevos interrogantes. El misterioso origen de uno de los engranajes del proyecto y la evolución del romance de los protagonistas constituyen los dos ejes principales de la intriga en esta fabulosa e inquietante novela que Bruno Nievas pone ahora a nuestra disposición en papel —mejorada y con escenas nuevas—, tras haber sido un éxito de descargas en Internet.

Mi opinión:
El ejemplar de Realidad aumentada que tengo en mis manos es otro más de los libros dedicados que he ido acumulando a lo largo de este año. Me lo firmó Bruno en Getafe, después de su presentación expres en el marco de las charlas organizadas para el Getafe Negro de este año. La verdad es que había mirado el programa antes de ir, pero no me había dado cuenta de que estaría allí, por lo que fue una sorpresa encontrármelo. Junto a mi familia y unos amigos (Armando y Arantza) estuve escuchando cómo fue el proceso de creación de esta novela, casi tan fascinante como su propio contenido. El recurso de internet ha sido clave para todos los autores que en estos momentos buscan hacerse un hueco en el panorama literario y Realidad aumentada es una de las novelas pioneras en este sentido, además de ser también una de las que más éxito ha cosechado. Antes incluso de hacerse más visible, al ser una de las cinco elegidas por B de Books para el lanzamiento de autores de éxito en el panorama digital, ya había logrado nada más y nada menos que 42.000 descargas en la red.

El punto de partida de esta novela temporalmente es 2009 y está ambientada, en principio, en Almería. Parte de la proposición que recibe el protagonista, Alex Portago, por parte de Stephen Boggs, que lidera un proyecto de una multinacional de la tecnología, para trabajar en el desarrollo de un dispositivo de realidad aumentada. Alex es neurólogo y ha vuelto de Estados Unidos a su ciudad natal y es fanático de la tecnología, por lo que acepta a pesar de las condiciones de confidencialidad tan extremas que le proponen. Nada más embarcarse en el proyecto descubre que forma parte de él Alicia Santana, Lia, la mujer de la que lleva años enamorado y con la que tuvo una relación que se quedó en unos puntos suspensivos. Al menos para su corazón. Eso le vincula aún más al proyecto.

Desde el principio Alex se siente fascinado por las posibilidades que el chip que han desarrollado para este proceso los ingenieros tiene para el ocio. No harán falta sistemas de GPS tradicionales para moverse por una ciudad; con este artefacto se cuenta con toda la información necesaria para no perderse nada (información sobre calles, edificios, incluso datos históricos adicionales). Simplemente con unas gafas aparentemente normales, la persona que las lleve será capaz de absorber más información de la que jamás haya soñado. Incluso el programa es capaz de reconocer la voz de quien lo porta, por lo que además permite una movilidad hasta ahora nunca vista. Y no se queda ahí, además es capaz de adelantarse a los deseos del usuario, como si le leyese el pensamiento.

Pero no todo es tan fantástico. Pronto Alex descubrirá que se están produciendo muertes en el equipo que desarrolla el prototipo, muertes con una explicación plausible en principio pero que, poco a poco, se tornan misteriosas.

Alex descubre que el uso del chip genera cambios en la forma de percibir la realidad en quienes lo usan y se empieza a asustar. Más, cuando aparecen en escena otros equipos que al parecer están desarrollando algo similiar y tratan de tentarle económicamente para que abandone el proyecto y se una al suyo. El desconcierto del neurólogo le hará buscar ayuda, aunque lo tenga prohibido, en su amigo Owl, un pirata informático que es probablemente mi personaje favorito de la novela. Su vida "ilegal" la cubre con un puesto gris de funcionario y un aspecto externo de desubicado, viviendo en casa de sus padres como un adolescente.

Así, poco a poco, como si fuéramos quitando las capas de una cebolla, la novela va poniendo ante nuestros ojos oscuras intrigas que conducirán al final.

Los personajes de realidad aumentada, los que sustentan la trama, casi se pueden reducir a dos: Alex y Lia. Él, víctima de unas pesadillas que poco a poco van pareciendo cada vez más reales, es quien tendrá la clave para resolver el enigma que envuelve al chip (en el que también encontramos referencias a la cultura Maya y a unos extraterrestres). Alex, con su capacidad para intuir potenciada al máximo, irá desenmarañando la madeja de las conspiraciones alrededor de este artefacto y será pronto consciente de las implicaciones que tiene para el futuro de la humanidad desvelar el secreto asociado al invento. Es retratado como una mente privilegiada, pero a veces, cuando se trata de asuntos más mundanos, como su relación con Lia, se comporta de manera mucho menos segura. Mi sensación con este personaje ha sido contradictoria, no ha terminado de encajarme que sea tan inteligente, tan cerebral a veces, y otras se deje arrastrar por sus sentimientos. A lo mejor en la vida real somos un poco así, dependiendo de la situación, pero en la literatura me gustan más personajes menos "humanos".

Lia es la responsable. Demasiado muchas veces, diría yo. De ella destacan sus ojos azules, a los que se hacen constantes referencias, y su carácter anclado en la realidad. No es un personaje al que le haya sacado demasiado partido, ni tampoco a la relación que tienen ambos. Creo que si hay un punto menos fuerte en la novela es precisamente este, el no haber conseguido, al menos en mi caso, hacerme partícipe de la relación entre los dos, que me la crea. No podía sentir en ningún momento complicidad entre ellos, aunque el narrador me dijera que la estaba habiendo. Tampoco entendía a veces sus bruscos cambios de humor.

La parte que más me ha costado seguir ha sido toda la que tiene que ver con la jerga informática, con la que no estoy demasiado familiarizada. He descubierto, con esta novela, que soy de letras. Pero de letras puras. Al principio trataba de entenderlo todo pero hasta cómo conectar el iphone a una red wifi me parece chino, así que en un momento dado decidí que daba igual que no lo entendiera. Sin eso, el resto de la novela se podía seguir con mucha facilidad a pesar de mi torpeza en estos temas.

La ambientación se mueve entre el desierto de Tabernas, en Almería, la ciudad mexicana de Palenque y Madrid, y me ha parecido acertada. También me han gustado mucho las referencias a películas que he visto (me acuerdo ahora una de Regreso al futuro) o las pinceladas en las que aparecen novelas de otros autores actuales e incluso librerías que conozco de primera mano. Aproximan el relato al lector, lo actualizan y te sientes cómodo leyendo.

En general, pienso que se trata de una novela muy entretenida, que plantea un dilema interesante y que cumple perfectamente una de las funciones de la literatura, quizá por la que nació: entretener. No lleguéis a ella buscando una obra maestra, ni siquiera buscando que os emocione (aunque las últimas páginas lo pueden conseguir), sino con la mente abierta, imaginando que lo que plantea pueda llegar a  suceder. Hoy puede parecer ciencia ficción pero también lo eran en su momento las novelas de Julio Verne, o quizá 1984 de Orwell, y ¿estás seguro de que no hay un Gran Hermano que te vigila? Ese puede ser el principal acierto de la novela.

Bruno Nievas, además de ser el autor de Realidad Aumentada, ha escrito varios libros de no ficción relacionados con su profesión de pediatra, que están disponibles en Amazon.


Lo dicho, si queréis pasar un buen rato de lectura, que además os haga pensar dónde nos pueden llevar los avances de la tecnología, esta es vuestra novela.

¿La habéis leído?

viernes, 23 de noviembre de 2012

LA VIDA IBA EN SERIO. OBJETIVO EDITORIAL: VENDER, POR SUPUESTO.


              El otro día, paseando por TW, descubrí que Jorge Javier Vázquez, el presentador de T5, ha escrito una novela. No me había enterado porque sigo muy poco la televisión, y mucho menos programas como el que conduce, y además hace algunas semanas que anulé mi perfil en Facebook. Se puede decir que estoy incomunicada del mundo, salvo por la ventana de Twitter, donde me asomo de vez en cuando. No es que me sorprendiera que un presentador de televisión haya hecho su incursión en la literatura (ni es el primero, ni será el último), me sorprendió la reacción de la gente.

               En mis contactos de Twitter hay básicamente personas relacionadas con los libros y la noticia no es que haya sido recogida con demasiado entusiasmo, más bien al contrario: noté cierto tono no muy agradable en algunos comentarios. ¿El motivo? Supongo que a la gente que escribe le parece intrusismo por parte de alguien que aprovecha el tirón mediático de su trabajo para exponer una obra de la que, sin haber leído una sola línea, calificaban de oportunista.

Vamos a ver. 

               El mundo editorial es un NEGOCIO. Como tal, está encaminado a obtener beneficios, por lo que cualquier circunstancia que sirva para que el producto que se pone en el mercado se venda es lícito aprovecharla. Un libro de Jorge Javier Vázquez, sobre el papel, antes incluso de escribir una sola línea, cuente lo que cuente, tiene más posibilidades de vender que, por ejemplo, uno mío (no voy a entrar en los de nadie más, sirvo como ejemplo). Sin tener en cuenta nada más. Sin hablar de calidad literaria, ni de tema, ni de pervivencia de lo que cuenta en el tiempo… Ni siquiera hace falta que sea literatura. Es un producto, tiene el soporte de una campaña de marketing que se aprovecha el tirón que supone estar en la primera línea de los presentadores de televisión. Me pregunto qué haría cualquiera de las personas que el otro día lo criticaban si se encontrase en su posición. Apuesto lo que sea a que no dirían que su ética les impide publicar porque parten con cierta ventaja frente a los que no tienen a nadie detrás. Apuesto y seguro que gano…

               Seamos serios.

               Hasta hoy no he sabido nada de nada del contenido del libro. Lo más importante, las palabras que incluye, se han quedado disueltas en el debate sobre si está bien o mal que se publique. Por eso he investigado y he averiguado que se trata de una especie de biografía que en muy poco tiempo ya ocupaba el séptimo puesto en la lista de Amazon. Tampoco parece muy profundo, pero quién soy yo para hablar de eso, que mi libro más conocido es precisamente la biografía de una persona anónima, La arena del reloj.

               Faltan dos cosas.

               Primera: leerlo para poder opinar con criterio.

               Segunda: averiguar cuánto tiempo aguantará en las primeras posiciones. Cuando durará el tirón.

               Lo sabremos con el tiempo.

               Sobre lo de leerlo, me temo que tengo demasiados pendientes, no ha despertado lo suficiente mi curiosidad y, además, hay algo que no me inclinará a comprarlo: el precio. He visto que el ebook cuesta 13,99€. Me parece exagerado. Volvemos al eterno debate del precio de los ebooks: puede que 1€ sea muy poco, pero desde luego que 14 es desorbitado.

Imagen sacada de la red