jueves, 31 de mayo de 2012

UN MES EN EL SIGLO DE ORO

Este último mes lo he pasado releyendo la poesía del Siglo de Oro. Entre poemas de Góngora y Quevedo se han ido pasando mis tardes, localizando metáforas, tópicos literarios, encabalgamientos, y significados ocultos entre las palabras de montones de composiciones que no han pasado a la historia de la literatura por casualidad.

Hay un autor por el que he pasado de puntillas, porque donde más destaca es en teatro, pero uno de sus poemas, dedicado al amor, me tiene fascinada. Hoy quiero compartir las palabras de Lope de Vega. Suscitan emociones universales en las que cualquiera puede reconocerse fácilmente. Es que, el amor, cuando es de verdad, te sumerge en un eterna contradicción.


Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;

no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;

huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;

creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.


Feliz día!!!!

lunes, 28 de mayo de 2012

EL SECRETO DEL TÍO ÓSCAR DE FERNANDO TRUJILLO SANZ


              Sé que la gente de mi edad no suele leer lo que se cataloga como novela juvenil, pero yo no le pongo pegas a ningún género siempre que cumpla dos requisitos: el primero, básico, que esté bien escrito; el segundo, esencial, que la historia me enganche. En este sentido, con la tercera novela que leo de Fernando Trujillo Sanz sabía que las dos premisas se iban a cumplir porque ya he leído libros suyos antes y conozco su manera de expresarse y el tremendo gancho que es capaz de ejercer en ti. De hecho, siempre que he terminado uno de sus libros, me he quedado con las ganas de seguir leyendo otro. No todo el mundo es capaz de conseguir esto, de dejarte satisfecho con una historia que está perfectamente terminada y, a la vez, abrirte el apetito sobre otro de sus libros.

               SINOPSIS

El difunto tío Óscar era un hombre inmensamente rico. Eso era prácticamente todo lo que Lucas sabía de él, dado que nunca habían cruzado más de dos palabras en algunas reuniones familiares. Eso, y que le encantaba un coche antiguo, un Escarabajo del año ochenta y uno, al que había dedicado muchísimo tiempo. Por ello, nadie de la familia entendió que en su testamento el tío Óscar le dejara a Lucas su joya preferida. Pero el legado es mucho más que un coche. Poco a poco, el Escarabajo conducirá a Lucas y a sus amigos hacia un misterio que deberán desvelar a toda costa. Nada es casual en este enigma, y las inexplicables propiedades del Escarabajo son la clave de su solución.

        


       Opinión

               El secreto del tío Óscar empieza con el reparto de una herencia. En principio, los familiares que están en la sala, escuchando al notario, esperan que los bienes vayan a parar a su viuda y sus dos hijos, pero las cosas cambian cuando el viejo Volkswagen Escarabajo de Óscar le es asignado a su sobrino Lucas. El coche no es un simple coche antiguo, es su posesión más preciada, y el que no haya ido a parar a uno de sus hijos despierta recelos familiares.

               Lucas, muy pronto, empieza a observar que el coche es un tanto especial: los arañazos desaparecen y, aunque no está muy seguro del todo, cree que por las noches se cambia de sitio en los aparcamientos. Pero los misterios no quedan ahí. El coche, que en algunas ocasiones parece pensar por sí mismo, envuelve a Lucas y sus amigos en una aventura en la que tendrán que descubrir un secreto familiar. Un secreto que lleva implícito ser cómplices en algo terrible.

               Los personajes de esta novela son bastantes, algunos de ellos viejos conocidos de otras novelas (que no voy a decir cuáles son para que lo descubráis vosotros). Entre ellos destaca el protagonista, Lucas, estudiante de Ingeniería de caminos. Junto a él, su inseparable compañero de mus, Carlos, la responsable Silvia y Nuria, la hermana de Carlos. Entre los cuatro logran comprender el misterioso lenguaje con el que el coche se comunica con ellos. La familia de Lucas, su tía Claudia y sus primos, Sergio y Rubén, serán esenciales para la resolución de la trama. Me ha gustado como están dibujados los universitarios porque me ha hecho recordar mis tiempos de facultad, las horas y horas en delegación de alumnos (no teníamos cafetería) jugando partidas de mus. Ya no me acuerdo, abandoné las cartas hace mucho, pero en su momento jugué bastante. La situación que cuenta el libro, aunque envuelta en un tono fantástico, consigue ese punto de verosimilitud que te hace meterte en la historia y seguirla con interés hasta el último momento. Un, le llamaré desde ahora "momento Trujillo", en el que sientes dos cosas: que la historia ha acabado y que, por otro lado, acaba de abrir una puerta, la de tus deseos de volver a leerle.

               Aunque esta, como el resto de sus novelas, se puede conseguir en formato digital, ha sido la primera que he leído en papel. Forma parte de la colección que ha sacado B de Books, de autores que han triunfado en internet y que han dado el salto al formato tradicional de edición de libros. Creo que quizá por eso he tardado en leerla menos que las otras.

               Para quienes todavía no conozcáis a este autor os dejo unos cuantos enlaces de obras suyas que se pueden conseguir en Amazon, a unos precios más que razonables. Vamos, que no hay excusas para empezar a descubrir su mundo.



viernes, 25 de mayo de 2012

IV ENCUENTRO CON AUTORES NOVELES: EMILIO CASADO MORENO.



Antes de nada, debo pedir disculpas por no haber publicado esta entrada ayer. Dos refrescos a destiempo redujeron mi noche a tan solo tres horas y anduve todo el día arrastrándome de sueño. Pensé que quizá sería mejor que esperase hasta hoy para contaros cómo fue el apadrinamiento de Emilio Casado Moreno, con su Crónica Insignificante, en la Biblioteca Almudena Grandes.

Llegué a Azuqueca con tiempo por lo que, antes de ir a la Biblioteca, hice una pequeña parada. Hay un lugar que es muy importante para mí, al fin y al cabo Azuqueca es mi pueblo y a veces paso meses sin pasar por él, así que me entretuve unos minutos. Fue muy poco, pero a punto estuve de arrepentirme. A veces se me olvida que el tiempo pasa y que las cosas cambian muy rápido. Lo que ayer parecía natural, inmutable, eterno… mañana puede haberse convertido, simplemente, en nada. La calle anexa al Centro cultural es mi calle de siempre, donde he crecido, donde aprendí a montar en bicicleta, donde instalábamos una red durante las noches de verano para jugar al bádminton y apenas nos tocaba quitarla un par de veces para que pasase un coche…

Era.

Hoy es una calle en la que resulta complicadísimo aparcar. Algunas casas han desaparecido, el cine de la esquina sólo es ya un recuerdo difuso en mi mente. Está cambiada hasta el punto de que el taller de cerrajería de aluminio donde trabajé un tiempo ahora ha pasado a tener una función religiosa (no me fijé de qué religión son los que se reúnen allí) y los huecos donde deshacerte de tu vehículo se venden muy caros. Tuve que darme una vuelta por los alrededores y al final acabé dejando mi coche en una calle que no había visto jamás. Si hay un sitio que me desconcierta, por lo rápido que crece, por lo que ha cambiado en muy poco tiempo, ese lugar es Azuqueca. Sin duda.

Puse rumbo al Centro cultural y localicé a Eva Ortiz, la directora de la biblioteca. Quedaban todavía bastantes minutos para las siete de la tarde (yo no soy puntual, soy eso que se llame a quien llega antes de tiempo siempre), así que nos bajamos a calmar un poco la sed a la cafetería.

        Ahí, cometí mi primer error de la tarde: la primera coca-cola.

No hizo falta esperar demasiado tiempo. Cinco minutos después apareció Emilio. Cuando no conoces a alguien te lo imaginas. Por fotos que vas viendo haces una composición hipotética sobre cómo será la otra persona, tratas de encajar en tu mente las piezas que te permitan construir una imagen mental. Con Emilio me pasó una cosa. Más o menos podría haberle reconocido sin dificultades pero, de eso estoy segura, no me imaginaba su voz. Me di cuenta de que ese ejercicio mental, pensar cómo es la voz de alguien desconocido, no lo hago nunca de manera consciente, pero sí que mi cerebro trabaja en ello por su cuenta. Con Óscar me pasó algo similar. Le hubiera reconocido entre mil personas, pero nunca hubiera acertado a "colocarle" su voz.

No dio mucho tiempo a charla antes de la charla porque yo, pase el tiempo que pase, siempre seré un desastre. Recordé, de pronto, que me había dejado la cámara de fotos en el coche y me fui a buscarla antes de que fuera demasiado tarde. Regresé corriendo y acalorada, y al momento bajamos una planta más, para llegar a la Sala de Conferencias. Poco a poco las integrantes del club de lectura, las madrinas de Emilio, fueron ocupando las sillas vacías y Eva inició su presentación.

Las madrinas, preparadas para preguntar.

Emilio Casado y Eva Ortiz.


Comencé a hacer las fotos que ilustran este relato, y en ese tiempo también observé. Esta fue la primera charla a la que no asistió nadie del género masculino (salvo el autor de la obra y un niño que vino con la que deduzco que era su abuela). No se echaron de menos, la verdad. En Azuqueca, el primer club de lectura va a celebrar este año su veinticinco aniversario. Como nos dijo Eva, "nos hemos hecho mayores leyendo". Son mujeres que saben extraer de las novelas todo su jugo, que están acostumbradas a analizar, siempre desde la perspectiva del lector, no del crítico, todos los detalles. En la charla se habló, si no recuerdo mal, de cada uno de los personajes de Crónica Insignificante.

El protagonista también fue protagonista de la mayor parte del tiempo. Tuve la sensación de que, de alguna manera, por la edad de las lectoras, fue como si hubieran adoptado a Marcelo Suelas, como si hubieran sentido al personaje como un hipotético hijo. Les gustó la verosimilitud de la situación en la que se encuentra, situación que reconocieron como más cotidiana de lo deseable (si no recuerdo mal, alguna comentó que tiene un "Marcelo" que ha venido de vuelta a su habitación de toda la vida). Pero no sólo se quedaron en él, todos los personajes fueron analizados con detalle. No se olvidaron de Domingo, el amigo de Marcelo; recalaron en Bruno Montalvo y Agustín González, los presos a los que trata Marcelo en su función de psicólogo; pasaron por Sonia, su amor idealizado de la infancia; hablaron de Amanda, su ex mujer;  se pararon incluso en las marcas de la barandilla de "la María", la cotilla oficial del barrio de Marcelo. Pero, sobre todos ellos, dos personajes acapararon la atención: los padres de Marcelo. De ambos se habló bastante, aunque si aquello hubiera sido un partido de fútbol o una competición de cualquier tipo, doña Amalia habría ganado por goleada. Después de Marcelo, fue el personaje que creo que más les gustó, pero vuelvo a lo de antes, creo que la edad a la que se lee esta novela influye a la hora de sentirse identificado con uno u otro personaje, con sentirlo más cercano o más creíble. Y estas madrinas son de la quinta de doña Amalia, aunque un poco menos propensas a ir a misa, me temo.

No sólo se habló de los personajes: la trama tuvo también su protagonismo. Es cierto que el no haber podido disponer de todos los libros que hubieran hecho falta hizo que algunas de las lectoras no hubieran terminado la novela, y por respeto a ellas no se habló demasiado del final (lo que se pudo evitar para no deshacer la sorpresa) pero sí que hablaron de lo acertado que les pareció que dentro de un relato que parece simplemente lo que dice la contraportada, seis días en la vida de una persona corriente, hay otra historia paralela, desencadenante del final inesperado. Hablaron de las pinceladas de novela negra dentro de una novela que, aparentemente, se centra en lo cotidiano.

A mí se me hizo corto pero llegaba la hora de marcharse cada uno a su casa, y poco antes de las ocho se dio por concluido el encuentro, no sin antes decirle a Emilio que le esperan cuando tenga otra novela entre manos, para leerla y comentarla con él y para darle todo su apoyo. Me quedo con la cara de una de las madrinas (de la que sé el nombre, estoy segura, pero que se me ha olvidado ahora mismo) que le dijo, con una sonrisa de oreja a oreja que la novela le había gustado mucho. Me lo dice a mí así y os juró que engordo de golpe.

Firmando el libro que me trajeron Los Reyes Magos


Al final tocó firmar en el libro de visitas y despedir esta cuarta charla, penúltimo de los encuentros de este año.



        Subimos de nuevo a la planta donde está la cafetería, para reponer fuerzas antes de marcharnos a casa y yo volví a cometer un error: me tomé otra coca-cola…

martes, 22 de mayo de 2012

CHARLA CON EL CLUB DE LECTURA: CRÓNICA INSIGNIFICANTE

Mañana, 23 de mayo, Emilio Casado Moreno estará en la Biblioteca Almudena Grandes (Azuqueca de Henares) para compartir con quienes se quieran acercar un rato de charla sobre su novela, Crónica Insignificante.





 Será a las 7 de la tarde, en la Sala de Conferencias del Centro Cultural, y estarán presentes los integrantes del club de lectura que amadrinan la novela, el mismo autor (obvio) y cualquiera que tenga interés por este libro. Las puertas están abiertas para hablar sobre el libro.

Estas charlas, que arrancaron en febrero, surgieron con dos objetivos: dar a conocer obras que por su condición de autoeditadas tienen más difícil el acceso al gran público y, por otro lado, ofrecerle al autor la posibilidad de enfrentarse a los lectores directamente, escuchando de primera mano las preguntas que siempre surgen durante la lectura de una novela.

Antes de Emilio Casado, los autores que han pasado por la sala de conferencias han sido Mónica Martín, Óscar R. Arteaga y Karol Scandiu.

El último de los encuentros se celebrará el día 12 de junio y me tiene un pelín nerviosa. ¿Os he contado que soy yo?

lunes, 21 de mayo de 2012

LIBROS, LIBROS, LIBROS...

No puedo hacer promesas. Por lo menos, no puedo hacérmelas a mí misma, porque soy incapaz de cumplirlas, sobre todo si en medio de esa promesa hay un libro. O varios. Me había prometido que en los próximos meses no compraría libros físicos, me dedicaría a leer la extensa lista de pendientes digitales que tengo. Eso me había dicho, claro, pero entre lo que me diga y lo que haga hay un pequeño, no, más que pequeño, descomunal abismo.

Me vuelvo débil y caigo siempre.

Pero es que, ¿cómo resistirse a esto? ¿Cómo tener en mis manos el libro de Armando Rodera y dejarlo de nuevo en la estantería? ¿Cómo se hace para devolver a su sitio El secreto del tío Óscar, de Fernando Trujillo Sanz cuando acabo de terminar Sal de mis sueños? ¿Cómo le digo que no a mi hijo cuando me pide con insistencia los libros de Blanca Miosi?

Pues de ninguna manera.

Se vienen a casa.

Estos libros son muy especiales para mí. Una palabra tecleada un domingo aburrido en google, una palabra que no tenía nada que ver con libros, "Florencia", me hizo descubrir un mundo nuevo, me hizo darme cuenta de que había un camino diferente al habitual para poner frente a los lectores mis libros. Con esa palabra descubrí a Armando y con una entrada de este blog él me descubrió a mí. Desde entonces he compartido las etapas por las que ha ido pasando hasta llegar hasta aquí a través de su blog y de él mismo; fue quien me "presentó" a Blanca Miosi en una magnífica entrevista que le hizo; por su perfil de Facebook acabé también tropezando con Fernando Trujillo; a través de él supe de la existencia de Amazon y sus posibilidades... A veces, la tontería más grande, te cambia la vida. Una palabra y se abrió una puerta a la que me asomé y que atravesé sin darme cuenta de lo que supondría en mi vida.





Lo peor es que todavía no he visitado ninguna feria del libro. Yo no sé qué pasará cuando vaya... a lo mejor me lo pienso y lo dejo para el año que viene. 

Ahora que me doy cuenta, estos no son los únicos libros que han aterrizado en casa. También, por correo, llegó el otro día Ellas también viven. Relatos de mujer, de María del Pilar Muñoz Álamo. Este ha sido víctima de un secuestro y no he podido sino empezarlo. Cuando lo rescate, seguiré leyendo y prometo crónica detallada de las sensaciones de la lectura.

La foto que veis la he tomado prestada del blog de Pilar (no encuentro mi cámara...) ¡Muchas gracias!