jueves, 25 de octubre de 2012

AYER, PRIMERO EN GETAFE Y LUEGO EN EL RITZ



Ayer fue un día completamente literario. Tenía muchas ganas de asistir a la mesa redonda que sobre Amazon y la publicación digital estaba en el programa de la V edición del Getafe Negro y allí que me presenté con mi amiga Tatty, de El universo de los Libros. La cara de sorpresa de Armando Rodera se la debía, ya que él me sorprendió a mí presentándose sin avisar (a mí, los demás lo sabían) a mi charla en la Biblioteca Almudena Grandes en junio. Tenía una cómplice entre los asistentes, Magüi Cabral, que sí sabía que yo estaría allí desde hacía unas semanas.




Cuando llegamos, nos encontramos con la sorpresa de que Juan Gómez Jurado había perdido el avión y no podría llegar a tiempo y por piruetas del destino, otro de los autores que publican en Amazon, Iván Hernández, que como yo había asistido a escuchar, acabó sentado en la mesa. Gracias, Iván, me temo que si no hubieras aparecido me hubiera tocado estar ahí y la verdad es que se está más tranquilo al otro lado, escuchando y haciendo fotos, que es más lo mío. Lo hiciste muy bien.





En la mesa redonda se habló de Amazon, de la nueva vía de publicación que supone, de sus ventajas para los autoeditados, de precios, de repercusión, de caminos nuevos que estamos explorando y abriendo quizá para quienes lleguen después. La introducción corrió a cargo de Lorenzo Silva, comisario del evento y reciente premio Planeta, y tras la exposición que hicieron los autores, moderados por  Javier López Tazón,  tocó el turno de preguntas. El público se implicó, plantearon dudas y a mí se me hizo muy corto. No puedo resumirlo demasiado bien, se me olvidó llevarme ni una miserable hoja de papel en la que anotar todo lo que allí se habló… ¡Soy un desastre!

Terminada la charla hubo unos momentos para hablar con los autores, de sus sensaciones sobre lo que allí se había contado. Magüi estaba radiante, me encantó su sonrisa, su tranquilidad en todo momento; Armando firmó unas fotocopias de El color de la Maldad que alguien se llevó (no me fijé bien quién) y estuve un ratito hablando con Lorenzo Silva, felicitándole por el premio y departiendo sobre otras cuestiones que no tenían nada que ver con lo que allí se habló. Iván llamó a su madre, para que buscase al niño en el colegio. Le habían cambiado los planes de esa mañana y la verdad es que fue un cambio maravilloso.

La organización tenía preparada una comida y Tatty y yo la misión de salir de Getafe, rumbo a Madrid, porque nuestro día, el programa que debíamos cumplir, no estaba completo. ¡Cómo es tan difícil salir de Getafe! Dimos vueltas buscando un centro comercial para comer algo antes de entrar en la ciudad y tras un montón de equivocaciones (el GPS funciona de maravilla pero a veces le hacemos un caso relativo) logramos llegar al centro de Madrid. Nos sobraba tiempo, así que paseamos por los alrededores del hotel Ritz, incluso entramos en la Iglesia de los Jerónimos para hacer un poco de tiempo.

En la recepción del hotel informaron a los blogueros asistentes de cómo sería en encuentro con Ken Follet, los cinco minutos de entrevista que tendrían con el autor que está en España presentando su novela, El invierno del mundo. Yo, como estaba allí de ocupa, me quedé en la recepción esperando a que Tatty terminase. Fue una hora mágica, en la que estuve haciendo una de las cosas que más me gustan en el mundo: leer. Me empapé de las sensaciones que me producía el libro que tenía entre mis manos, del sonido del piano que sonaba a mi espalda mientras estaba sentada en un cómodo sillón. Veía, de vez en cuando, entrar a los clientes, escuchaba hablar en muchos idiomas y durante unos momentos me sentí transportada a otro tiempo. El escenario era para ello, el hotel Ritz tiene ese sabor antiguo que le da una decoración que apenas ha cambiado en mucho tiempo y el uniforme y la manera de comportarse del personal, atemporal ya. Fue un privilegio, un momento que no sé si se repetirá alguna vez más en toda mi vida y que pienso guardar en mi memoria.

Hoy vivo la resaca de ese día espectacular y casi, de tan especial que fue, no puedo escribir sobre él. Dejaré que repose un poco en mí y volveré a ello cuando esté mucho más tranquila.

Sobre la entrevista, seguro que Tatty os lo cuenta (y os enseña las imágenes) en Eluniverso de los libros.

lunes, 22 de octubre de 2012

GETAFE NEGRO

Del 20 al 28 de este mes de octubre se celebra la V edición del Getafe Negro, el festival de novela policíaca de Madrid. El comisario de la edición es Lorenzo Silva, último premio Planeta y a él están invitados muchos de los escritores más interesantes del panorama literario actual, como Eduardo Mendoza o José Luis Sampedro.



Atentos a la actualidad, a los nuevos caminos que va encontrando la literatura para ponerse en contacto con los lectores, además de las mesas redondas y las charlas que años anteriores han ido conformando el programa, este año traen algo nuevo que nos toca de cerca a quienes en algún momento tomamos el camino de la autoedición: el día 24, el próximo miércoles a las doce de la mañana, hay programada una charla que lleva por título: AMAZON 0,95: MÁS ALLÁ DEL PAPEL, en la que varios de los autores con más éxito en esta plataforma, moderados por Javier López Tazón, debatirán sobre la nueva plataforma que ha hecho que muchos autores encuentren un camino para poner sus obras al alcance del público.

Los autores invitados en esta ocasión, a los que podréis ver si tenéis la suerte de estar cerca y poder asistir, serán Armando Rodera, Magüi Cabral (La Rubia de la Bici) y Juan Gómez-Jurado. Creo que es una buena ocasión para conocer el trabajo que se está llevando a cabo y los cambios que necesariamente se están produciendo debido a esta nueva vía de publicación.

El Salón de actos del Colegio Mayor Fernando de los Ríos estará abierto para quienes quieran sumarse a escuchar a los autores hablar de su experiencia de primera mano.

Hay muchas más actividades programadas, que podréis consultar si queréis a través de la página de la organización del Getafe Negro.

Me encantaría poder estar en alguna, veremos qué se puede hacer...

viernes, 19 de octubre de 2012

TRES LIBROS EN AMAZON


A veces me pregunta la gente que de qué van mis novelas. Y casi siempre, irremediablemente, me quedo sin palabras. ¿Cómo hablar de un hijo sin correr el riesgo de exagerar sus virtudes? Las madres tendemos a ello, a ver sólo lo bueno y siempre tengo miedo de convertirme en una madraza de esas que van por la vida con venda en los ojos. No, no es mi estilo. ¿Cómo lo hago entonces?

Se me ha ocurrido una idea mejor que liarme a parlotear.

¡Tiembla mundo, que voy!

En Amazon existe una opción de compra… peculiar. Igual que cuando vas a una tienda y te pruebas unos zapatos, para ver si te quedan bien, si te resultan cómodos o a los dos minutos ya no los soportas, Amazon te ofrece la posibilidad de descargarte un fragmento significativo de una novela. Igual que esos zapatos, la pruebas y eres tú el que decide si se la queda (si compra el libro entero) o si no.

Lógico, ¿no?

Así debería ser siempre, poder decidir antes de gastar el dinero.

Pues igual que no hay nada mejor que probarse unos zapatos para saber si a uno le quedan bien o no, si le gustan o no, si son cómodos o entran ganas de estamparlos, igual, igual, se puede hacer con mis libros.

¡Probadlos!

Es muy fácil.

Si ya eres cliente de Amazon y tienes kindle, no tengo que decirte cómo.

Si no eres cliente, registrarse es sencillísimo. Un correo, una contraseña y compras en un click.

¿Y si no tienes kindle? Pues tampoco pasa nada, te puedes descargar la aplicación de lectura gratuita que se instala en un momento. Es más incómodo, pero los probadores también lo son. Ya cambiarás algún día el ordenador por tu lector y estarás más feliz que una lombriz, como yo, que a día de hoy, desde que me lo regalé a principios de verano, me he merendado 26 libros. Además, para quienes se animan finalmente a comprar existe la posibilidad de dejar comentarios en los libros. Podemos darle pistas al futuro lector sobre las sensaciones que deja la novela, y de este modo quienes lleguen después que nosotros sabrán algo más del libro que una simple sinopsis.

Ya, ya sé que casi todos los que atravesáis el espejo ya os habéis leído mis novelas, pero digo yo que conoceréis a una o dos personas que lean.









Fijaos, entre los tres, cuestan menos que un paquete de tabaco. O una caja de bombones. O las chuches del domingo.

Pero es aún mejor, no hay que comprar el libro si no quieres, sólo probarlo descargando ese fragmento que se deja de prueba...

¡Contádselo a quien se os ocurra!

Os nombro, desde ya, mis agentes literarios.

¿Cómo podría pagaros?

Supongo que no dejando de escribir...

miércoles, 17 de octubre de 2012

SIN PAGA, NADIE PAGA (AQUÍ NO PAGA NADIE) DE DARÍO FO.



El otro día fui al teatro. Era una actividad que tenía abandonada y que quería recuperar. Durante años asistí a representaciones teatrales de manera muy frecuente pero en los últimos tiempos no había podido hacerlo y sentada en el patio de butacas del teatro Infanta Isabel de Madrid me sentía casi tan nerviosa como los actores. Era como si yo también formase parte del espectáculo (de hecho, creo que en el teatro el público es tan importante como la compañía que ocupa el escenario) y fuera mi vuelta a escena. Bueno, más bien al patio de butacas…

Llegamos con tiempo, incluso de más a pesar de que costó lo suyo encontrar un sitio donde abandonar el coche (que aún tenía ruedas), más que nada porque en los tiempos convulsos que vivimos, tropezamos con una manifestación que obligó a dar vueltas por calles de Madrid por las que jamás había pasado y durante un tiempo tuve la sensación de que con tanta vuelta sería incapaz de orientarme para ubicar el teatro. Menos mal que no iba sola.

Finalmente, encontramos el Infanta Isabel.

La representación comenzó puntual y los actores empezaron a mostrarnos la obra. Sabía, como todos los que llenaban el teatro, que se trataba de una comedia. Yo, prudente, esperé para reírme cuando las palabras de los actores me condujeran a este estado, pero había un espectador, dos filas más atrás, que no lo hizo. Se había aprendido que allí se venía a reír y se lo tomó como un trabajo. Durante los primeros minutos se dedicó a carcajearse a destiempo y en un momento me di la vuelta tratando de encontrar la razón por la que interrumpía la tranquilidad con su reacción demasiado fuera de lugar. Por suerte, a medida que iba avanzando la obra, surgieron muchos momentos en los que el resto del respetable, menos alterado que este señor, acompañaron con carcajadas los distintos gags (a tiempo) y no se volvió a notar la presencia de este alegre ciudadano. Ya sí se reían cuando era normal hacerlo y me pude olvidar de él.

La obra, Sin paga, nadie paga (aquí no paga nadie) es de Darío Fo. Fue escrita en los años 70 pero las cuestiones que plantea son tan actuales (no sé si habrá alguien en este momento que no sepa que estamos en crisis) que el texto sólo ha necesitado una mínima revisión para convertirse en algo absolutamente del presente. La revisión de esta divertidísima sátira social ha sido hecha por el mismo autor y su mujer, Franca Ramé, y los actores que interpretan a los personajes son Pablo Carbonell,  María Isasi, Marina San José, Carlos Heredia e Israel Frías.

El argumento parte de la subida de los precios exagerada que día a día tienen que hacer frente los habitantes de un país en crisis. Ante la situación, un grupo de personas decide llevarse de los supermercados los productos básicos, entre ellos, Antonia (María Isasi). Sin embargo, tiene un problema ya que su marido, Juan, (Pablo Carbonell), es muy estricto y está segura de que no lo va a entender. Su desatada imaginación inventa una historia surrealista para evitar que descubra que ella ha sido una de las que se ha marchado del super sin pagar, que acaba haciéndole creer y que desencadena todos los equívocos, que no son más que la excusa para hacer una crítica a la situación actual. Aunque como digo, la obra fue escrita hace casi 40 años, se convierte en algo muy actual debido a todo lo que estamos viviendo en estos momentos.

Los actores estuvieron muy bien, me gustó cómo en algunas ocasiones puntuales incluso improvisaban (Pablo Carbonell salió del paso cuando una parte del atrezzo se movió de más con la soltura que le dan tantos años vinculado al mundo del espectáculo). Genial también es ver a Carlos Heredia interpretar hasta cuatro personajes diferentes. No sé si como dijeron se trata de una compañía "cutre de bajo presupuesto" pero el caso es que me pareció de lo más divertido.

Los noventa minutos de representación se me hicieron cortos y me quedé con ganas de volver pronto al teatro.

A la salida hice otra cosa que hacía siglos que tenía olvidada: quedarme en Madrid, pasear de noche por sus calles, ir a tomar algo con amigos y volver a casa de madrugada. Nada especial para quienes lo repitan cada fin de semana pero un soplo de aire fresco para alguien como yo, que ha ido perdiendo la costumbre.

martes, 16 de octubre de 2012

LORENZO SILVA, PREMIO PLANETA 2012.


Esta mañana me he despertado con la noticia de que el escritor Lorenzo Silva ha sido el ganador de la 61 edición del premio Planeta por su novela La marca del meridiano. Finalista del mismo premio ha sido la periodista Mara Torres, con la novela La vida imaginaria.

Lorenzo Silva tiene una impresionante trayectoria literaria, no sólo por los premios que ha ido acumulando (recibió el Premio Nadal del año 2000 por su obra El alquimista impaciente y fue finalista de ese mismo premio en 1997 con La flaqueza del bolchevique, una novela que posteriormente fue llevada al cine), sino porque a día de hoy es ya una autoridad en lo que a novela negra se refiere. Su aguda crítica se deja ver en los artículos de prensa en los que colabora y en las entradas de su blog personal.

En condiciones normales hoy sería un día de fiesta para mí. Admiro a Lorenzo por cómo escribe, sigo su blog desde hace tiempo y en la Feria del Libro de Madrid viví un momento muy especial cuando mi hijo Alex, que es seguidor de Lorenzo a pesar de su corta edad, se acercó a la caseta para que le firmase su ejemplar de Niños Feroces, una novela que le encantó, que reseñó en su blog y que conserva en su memoria como una de las mejores que ha leído. Ver la cara de felicidad que tenía mi hijo y las palabras cariñosas que le escribió en la dedicatoria Lorenzo, así como leer el post que el autor hizo en su blog días después a las sensaciones que le produjo encontrarse con que, a pesar de los tiempos que vivimos, todavía hay esperanza, que quedan niños como él que serán un día adultos, preocupados por aprender, por formar su criterio y por crecer como personas en medio de estos tiempos convulsos, fue mágico.

El día 27 de este mes, dentro de las actividades de Getafe Negro, el festival de novela policiaca de Madrid, hay programada una mesa redonda a las ocho de la tarde, a la que han llamado Las leyes de la frontera, donde el autor conversará con el escritor Javier Cercas  (autor de Soldados de Salamina). Teníamos pensado ir, regalarle a Alex un recuerdo de esos que conservas siempre en la memoria. Queríamos escuchar la conferencia y pasar una tarde especial pero ya no sé si podremos.

Ayer me robaron las cuatro ruedas del coche.

Supongo que no soy la primera ni la última persona del mundo a quien le pasa esto, pero eso no me consuela. Sé que hay miles de cosas que te pueden pasar que son infinitamente peor que esto. Sé que es algo que se arregla con dinero. Sé que hay seguros. Sé que se me olvidará, que dentro de un tiempo sólo será un recuerdo difuso, una anécdota que contar.

Lo sé.

Pero a la vez, sé que me siento mal. Que cuando baje a mi garaje, que es donde me robaron, lo haré con miedo. Sé que durante un tiempo no dormiré tranquila por si se repite. Sé que es injusto, que me ha costado muchísimo comprar mi coche para que ahora llegue alguien y por la cara se apropie de parte de él.
Me da rabia que alguien, por avaricia, por quien sabe qué negocio oscuro hará con mis ruedas (me estoy imaginando que las venderá a través de internet), hoy no me sienta todo lo bien que me debería sentir y que, probablemente, tenga que privarle de ese recuerdo a mi hijo.

Indignada.

Dolida.

Cabreada.

Rabiosa.

Triste.

Así me siento, a pesar de que los adjetivos de hoy, deberían ser otros. Haré el esfuerzo mental de cambiarlos.

Si puedo.