MAYTE ESTEBAN. Escritora. Abrí paso en España al mundo de la autoedición. Hoy publico con HarperCollins.
jueves, 3 de julio de 2014
miércoles, 2 de julio de 2014
GRACIAS, YASNAIA: LAS GALLETAS DE SUGAR DREAMS
Hoy me han hecho llorar.
A las dos menos un minuto ha sonado el timbre de casa
anunciando la llegada de un paquete. Si al hecho de que el que suene el timbre
de casa sin esperarlo, le sumaba que yo no había encargado nada, mi reacción ha
sido de completa extrañeza.
He abierto al mensajero, claro, pobre, que tendría que irse a comer.
Cuando le he visto aparecer por el pasillo que da a las
escaleras, paquete en mano, ya sabía qué era. No sé exactamente cuándo vi en
Facebook los paquetes que Sugar Dreams tenía preparados, listos para enviar y
he reconocido el envoltorio. Las manos me han empezado a temblar al firmar en
el recibo y me ha costado un poco tener paciencia para abrirlo una vez en el
salón.
Esto era lo que contenía.
Esto y una carta de Yasnaia Altube Lira, donde me explica cómo ha
conseguido mi dirección (la madre que te...)
No tenía por qué hacerlo, por qué enviarme ningún regalo
pero ver esas galletas (que no sé si seré capaz de comerme sin sentir un
pellizquito) con la portada de mi novela, me ha emocionado. Un regalo inesperado que me ha encantado.
No sé cómo darte las gracias por este precioso detalle,
Yasnaia.
Yo escribo sin saber qué va a pasar cuando vosotros leáis el
libro, muchas veces sin pararme a pensar si lo que hago es lo más correcto, lo
más conveniente o lo más comercial. Escribo lo que me sale de dentro, las
historias que necesito contar después de observar el mundo que me rodea. Quizá
por eso me sale todo muy real, porque a lo mejor no soy creadora de historias
sino cronista de mi tiempo, solo que adornándolo entre personajes que están
hechos de fragmentos de seres vivos.
Voy a seguir haciéndolo, voy a seguir contando historias
porque, siempre lo digo porque es cierto, no podría dejar de hacerlo aunque
quiera. Y os las regalaré a vosotros, mis lectores, que me dais tanto cada día.
No sé cuántos somos, quizá muy pocos para pensar en mí con palabras grandes,
pero sois maravillosos.
Gracias, Yas.
Te debo algo. No sé qué exactamente, ya se me ocurrirá. Te pienso sorprender.
Ahora me parece que estoy bloqueada.
viernes, 27 de junio de 2014
SORTEO DE UN EJEMPLAR EN PAPEL DE DETRÁS DEL CRISTAL
Bueno,
pues ha llegado el día. Voy a sortear un ejemplar firmado de Detrás del
cristal. Para poder acceder al premio hay que cumplir unas bases muy sencillas
que consisten en...
decir que te
apuntas en un comentario a esta entrada.
Difícil,
¿no?
Algo
que podéis alegar para no participar es que ya tenéis la novela y que por eso
dejáis correr la oportunidad pero no hay excusa. Os apuntáis y la regaláis a
quien os parezca. ¡Y dedicada y todo!
¿No os parece una buena idea? Ahorrándoos un regalo, que seguimos en crisis...
El
ejemplar es mío, de los que la editorial me envió por derechos de autor y he decidido sortearlo porque me he dado cuenta de que cada vez que pongo promos
en Facebook, las personas que están ahí son las que han leído ya el libro, así
que de poco sirve que siga por ese camino. No queda más remedio que aumentar el boca oreja de otra manera.
Detrás del cristal es una novela que
puede hacer pasar un buen rato de lectura a quien le dé una oportunidad y eso
me ha tocado a mí por sorteo (mentira, por haberla escrito) gritarlo fuerte.
Como no tengo periódicos de tirada nacional pegándose por entrevistarme ni me
van a llamar de El Hormiguero (lo cual sería un puntazo), ni van a hacer una
peli (eso ya sí que sería lo más) que empuje al libro a los primeros puestos de
ventas, aquí me tenéis, inventando.
Agradezco
que compartáis la entrada en Twitter, Facebook, Google + o donde se os ocurra,
toda colaboración será bienvenida. No voy a dar más puntos por ello porque eso
de comprobarlo me supera a la velocidad vertiginosa de mi Internet de pedales
(no tengo ADSL, sino un USB cuya descarga fulmino el mismo día que entra en
vigor, ni sé cómo he logrado publicar libros con esto). Y de todas maneras, que
cuando está por tocarte algo, te toca, eso ya lo he comprobado. Aunque solo
tengas un número.
El
sorteo finalizará el 31 de julio a las doce de la noche y es para España.
Baleares y Canarias incluidas. El nombre del ganador lo publicaré la semana
siguiente y deberá ponerse en contacto conmigo. Pero no os preocupéis por las
vacaciones, yo intentaré contactar con la persona que resulte ganadora.
Había
desactivado los comentarios anónimos por el spam que me estaba poniendo de los
nervios pero los vuelvo a habilitar este mes para quienes no tienen perfil. Eso
sí, debéis dejar vuestro nombre y un medio de contacto (perfil de Twitter o
Facebook por ejemplo).
¡¡Suerte!!
Etiquetas:
Detrás del cristal,
sorteo
lunes, 23 de junio de 2014
LAS NO RESEÑAS
En
Facebook puse un estado. De esas veces que te aburres y te da por poner algo.
Era este:
Cuando digo que una
novela me ha gustado, que tiene algo, es verdad. Si no lo hago caben dos
opciones: que no la haya leído o que no la recomendaría por razones que me
guardo porque siempre serán puramente subjetivas. Puede que a mí no me guste y
haya a quien hasta le emocione, quién soy yo para bloquear la lectura de nada.
A la última que estoy leyendo le quedan aún unas páginas, pero son tantos los detalles que me han desconcertado que no será una de mis recomendaciones.
Las tres últimas elecciones que he hecho han sido un completo fracaso y eso que soy lectora asidua de los géneros en los que se mueven. Vamos a ver la siguiente que es, directamente, lo contrario a lo que suelo elegir.
A la última que estoy leyendo le quedan aún unas páginas, pero son tantos los detalles que me han desconcertado que no será una de mis recomendaciones.
Las tres últimas elecciones que he hecho han sido un completo fracaso y eso que soy lectora asidua de los géneros en los que se mueven. Vamos a ver la siguiente que es, directamente, lo contrario a lo que suelo elegir.
Me encuentro esta respuesta:
No se bloquea una
lectura por dar una sincera opinión que siempre es subjetiva. Creo que
prefieres no decir nada cuando no te gusta porque eres escritora.
Esto viene a cuento, como es obvio, porque las últimas
novelas que han caído en mis manos no han sido de mi agrado y como ya he dicho
mil veces en el blog, no me voy a tomar la molestia de reseñar nada que no me
aporte algo a mí. Y no es, para nada, porque tenga miedo de que el expresar mi
opinión pueda tener como "efecto secundario" que me lleguen de rebote
opiniones negativas para mis novelas (a esas no hace falta convocarlas). Esto es una política personal que sigo en
el blog desde diciembre de 2011, momento en el que no tenía ni siquiera en
mente subir ninguna de mis novelas a Amazon. Cierto es que estaban en otras
plataformas pero tan invisibles que no era para considerarme escritora ni
muchísimo menos.
Me da lo mismo que, como se me dijo cuando tomé esta
decisión, el blog sea menos visitado porque cuando aparece en él una reseña ya
se sabe que será favorable al libro. Me da igual porque mis lecturas no siguen
las pautas quizá habituales en otros blogs:
-No considero que haga reseñas sino recomendaciones de mis
lecturas.
-No reseño libros por encargo de editoriales porque me niego
a enredarme en compromisos. Los libros que aquí aparecen han salido de mi
bolsillo y cuando he sido lectora cero de alguno, después lo he comprado.
-No reseño las novelas que no me gustan porque estoy
convencida de que los libros de los que no se habla se acaban muriendo sin la
necesidad de hacer sangre con ellos. No tengo demasiado tiempo y prefiero no
perderlo en esto.
-No leo siguiendo los criterios de las modas sino que
alterno novedades y clásicos, libros estos últimos que a veces leo por trabajo
y otros, sé que soy una rara, por puro placer. Otra cosa que se me critica, por
cierto, parece que cuando dices que lees a Cervantes lo estás haciendo para
situarte en un nivel por encima de los demás. No es eso, pero allá cada uno con
lo que crea.
Puedo hacerlo, puedo escribir una crítica de un libro
perfectamente argumentada. Incluso sin incluir la subjetividad que muchas veces
leo en las malas opiniones porque tengo las herramientas para poder hacer
análisis más profundos. Al fin y al cabo a analizar textos es a lo que me
dedico en el trabajo, así que no es por eso sino, simple y llanamente, porque
no hay tiempo ni ganas.
De este post me ha quedado un regusto amargo, el que se me
haya atribuido algo bastante mezquino, tratar de protegerme en la complacencia
de decir sí a todo. No es verdad, lo que pasa es que cuando tengo que decirle a
alguien que aprecio que algo no me gusta no es necesario hacerlo público.
Existen otras vías más elegantes, aunque supongan el peaje de que te den de
lado, y esto que digo ahora es completamente cierto: me han dado de lado por
ser sincera en alguna ocasión, por razonar por qué no me ha gustado algo de lo
que he leído. Podría haber tomado el camino de publicar una reseña negativa
pero mira por dónde, yo no soy así.
Ah, y estoy convencida de que una opinión negativa,
dependiendo de quien venga, sí puede bloquear una lectura.
miércoles, 18 de junio de 2014
HASTA EL 2015
Volví a
la Feria del Libro de Madrid el pasado sábado. Ya sin la presión de firmar,
paseé como espectadora entre las casetas, hice cola como está mandado con mi
hijo para que le firmase sus libros Lorenzo Silva (qué ilusión me hizo cuando
le miró y le señaló lo que ha crecido desde que no le veía), saludé a conocidos
y asistí a una presentación.
La
verdad es que el plan era pasar todo el día en Madrid pero hacía tanto calor
que desistimos y partimos la jornada. Por eso, y porque vivo despistada, me
perdí la firma de Félix G. Modroño. Pensaba que era por la tarde, algo que era
claramente invención mía, y al final me quedé con las ganas de pasar a
saludarlo.
Lo que
no me perdí fue la presentación de Consummatum Est de César Pérez Gellida y Los
cuerpos extraños de Lorenzo Silva, una amena charla a dos voces en la que se
habló de sus novelas. La conducía un librero de Barcelona (no me acuerdo de su
nombre, sorry), que tiene una librería especializada en novela negra: «un sitio
chiquitito y desordenado pero en el que él sabe dónde está todo», dijo César en
algún momento.
Habíamos quedado unas cuantas blogueras para ir y aunque hubo
bajas de última hora, al final logramos reunir un pequeño grupito. Ahí estaba
Margalida Ramon, que no sé cómo no acaba reventada de trasladar la bolsa llena
de libros. ¡Y que se los leerá la bruta! Esto no es nada más que envidia
cochina porque no me puedo comprar los que me gustaría. También estuvo Manuela
Marín, que tardó una hora entera en aparcar y casi no llega a la firma que
quería, la de Carla Montero. Supe que había venido Susana Palacios pero se
había tenido que marchar antes y no llegué a verla. Vaya, espero que haya otra
ocasión. Ya estábamos sentadas ya en el pabellón, echando de menos a las que se
habían tropezado con imprevistos, cuando apareció María Alonso. Nos dio tiempo
a charlar muy poco porque enseguida empezó el acto.
A mí se
me hizo corto.
Lo pasé
escuchando atentamente, haciendo fotos y observando. Mi cabeza se giraba de vez
en cuando para mirar a mi hijo que no pestañeaba, atento a la conversación. Me
fascina cómo, a pesar de su edad, es capaz de disfrutar de estos actos que en
principio están pensados para adultos. Ahora ha crecido y ya no resulta tan
chocante como hace solo un par de años, pero sigue igual, sin perder un solo
detalle. De la charla se llevó la necesidad de investigar qué es un sociópata
(ha llegado a la conclusión de que una persona que conoce lo es, pero necesita
asegurarse, jajaja). También las ganas de empezar enseguida con el último libro de
Lorenzo Silva, su autor preferido desde hace años.
Al
terminar, ya fuera del pabellón, después de que César me firmase Memento Mori,
nos encontramos con Concha Fernández y su hija. Tengo que decirte, Concha, que
me pasé un buen rato pensando que había visto a tu hija en alguna parte y no
fue hasta que nos marchamos, cuando estábamos llegando al coche, cuando
descubrí por qué tuve esa sensación. Alberto me señaló que si la imaginaba
rubia podría ser capaz de saber a quién se parece. ¡Y es verdad! Es muy
parecida a mi vecina. Va a ser cierto que todos tenemos un doble en alguna
parte.
Estábamos
charlando con María Alonso, con Concha, con Manuela y Margalida cuando vino
alguien y me tapó los ojos. Intentaba saber quién era tocándole las manos pero
no fui capaz de acertar con el test de la piel hasta que me dejó mirar: Armando
Rodera. No nos veíamos desde finales de marzo y me hizo mucha ilusión
encontrarme con él y con Arantza en la Feria.
El plan
era tomarnos algo y salir rumbo a casa de nuevo, a descansar de estos
agotadores días, pero apareció César y acabamos sentándonos con él a tomar una
cerveza y charlar un poco de todo. De libros. De la herida que se hizo Concha
en la pierna. De todo y de nada mientras los minutos iban deslizándose,
empujándonos a dar por terminada esta Feria para mí hasta el año que viene.
Estas
despedidas me cuestan porque nunca sabes cuándo se volverán a repetir.
Margalida, por ejemplo, volvía a Mallorca que no está precisamente ahí al lado
pero nos quedan las redes, los encuentros virtuales, Alcalá que está a un paso
para volver a quedar con el huracán Manuela, las presentaciones de libros donde
acabaremos coincidiendo, las charlas vía mensaje cuando nos apetezca, los tuits
compartidos y, sobre todo, lo que más nos gusta, lo que nos ha puesto en
contacto.
Los
libros.
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