jueves, 18 de diciembre de 2014

CINCO HORAS CON MARIO DE MIGUEL DELIBES


Sinopsis:

Una mujer acaba de perder a su marido y vela el cadáver durante la noche. Sobre la mesilla hay un libro —la Biblia— que la esposa hojea, leyendo los párrafos subrayados por el hombre que se ha ido para siempre. Una oleada de recuerdos le viene a la mente y empieza un lento desordenado monólogo en el que la vida pugna para hacerse real otra vez. La pobre vida llena de errores y torpezas, de pequeños goces e incomprensiones. ¿Ha conocido Carmen alguna vez a Mario? Escuchemos el irritante discurrir de la pequeña y estrecha mentalidad de la esposa. Otro hombre irá poco a poco descubriéndose, para todos menos para ella, con toda su desesperanza y su fe en la vida. Cinco horas con Mario es una novela de gran penetración psicológica que, a través de un alma femenina puesta al descubierto, llega hasta el fondo de la sociedad española del siglo XX. Sólo un escritor de la categoría de Miguel Delibes podía enfrentarse con este difícil tema y resolverlo tan brillantemente.

Un breve resumen:

La novela arranca en marzo de 1966. Carmen Sotillo, de 44 años, se encuentra que su marido Mario muere de forma inesperada. Ya a solas con él, cuando todos se marchan, vela su cadáver aunque de manera un tanto particular. Refugiada en saber que nadie la escucha, inicia un  monólogo con el que vamos descubriendo lo conflictos del matrimonio. Toda la novela es una crítica hacia la sociedad del momento, puesta en boca de una protagonista que no siempre sale bien parada.

El armazón de esta novela se sostiene en el soliloquio de Carmen. La vamos conociendo a través de sus palabras, y deducimos que tiene una ideología conservadora, la que corresponde a una mujer de clase media alta. Frente a ella, su marido: Mario, que no responderá a ninguna de sus cuestiones dado que está muerto. Por ella sabemos que ha sido catedrático de instituto, además de periodista e intelectual.

Carmen va poniendo delante del lector recuerdos, los de una vida que no ha sido nada satisfactoria para ella. Con este sencillo plan de acción, Delibes retrata la España provinciana de la época, la falta de comunicación en el matrimonio e incluso se puede apreciar un aspecto mucho más profundo, el conflicto que en aquella época aún no estaba resuelto, de un país fragmentado en dos ideologías. La de Carmen se corresponde con la de los ganadores de la Guerra Civil (1936-1939), mientras que Mario representa a los perdedores.

La novela tiene un prólogo, veintisiete capítulos donde la única voz es la de Carmen, y un epílogo. El autor elige para empezar cada uno de los capítulos una cita bíblica, los pasajes que nos dice que Mario había subrayado en una Biblia. Tomándolas como punto de partida, Carmen empieza a hilvanar pensamientos y reproches constantes; según Carmen, por culpa de Mario, por su escasa ambición, no ha logrado alcanzar una posición social acorde con lo que esperaba. De recuerdo en recuerdo, saltando sin un orden cronológico concreto, va desvelando su vida en común, valiéndose de un tono coloquial que refleja perfectamente la manera de hablar del momento.

Carmen, Menchu para los amigos, no queda demasiado bien después de leer la novela. Es clasista, envidiosa, se preocupa mucho más por el qué dirán que por su propia familia. El autor, en este sentido, elige para ella los peores atributos, dotando al personaje de cierto maniqueísmo, perfectamente comprensible si se es capaz de ver el plano más profundo al que nos quiere llevar: Carmen no es Carmen, Carmen es un reflejo de una forma de pensar y de actuar, un personaje en el que confluyen los peores defectos para destacarlos.


Cinco horas con Mario tiene el valor de ser una de esas obras literarias que trascienden a su tiempo, que quedan para presentarnos el retrato del pasado, en el que aparecen costumbres, elementos cotidianos (el seiscientos, por ejemplo) y una vívida imagen de cómo nos expresábamos en este país a finales de los años sesenta.

3 comentarios:

  1. Con este libro empezó mi relación con Delibes. Lo tuvo mi hermano como lectura obligatoria en el instituto y como no paraba de decirme que era un tostón de libro me acerqué a él. Y me hizo gracia la forma en que está contado pero no llegué a comprenderlo del todo. Era casi una niña. Pero años más tarde lo volví a coger y me lo leí de un tirón, disfrutando y comprendiendo en ese momento mucho mejor la historia. Uno de los mejores libros de Delibes.
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
  2. Creo recordar que fue una de mis lecturas obligatorias en el insti pero no debió entusiasmarme porque no lo recuerdo claramente y tampoco creo que fuese el momento adecuado, debería volver a leerlo ahora
    Besos

    ResponderEliminar
  3. Mi primer acercamiento a esta novela no fue una lectura normal. Mi profesora de literatura era también actriz y la había representado en el teatro, así que decidió que no la íbamos a leer sino a ver. Fue alucinante, creo que no pestañeamos mientras la veíamos sobre el escenario improvisado de la clase.

    Después la leí porque me apeteció, porque tras esa representación nos desgranó la novela y supo hacernos entender su valor como obra que trasciende a su tiempo y que se queda para mostrarnos, mejor que los libros de historia, cómo éramos.

    La verdad es que cada día que pasa, viendo los "profesores de literatura" que hay sueltos por ahí, me doy cuenta de la suerte que tuve con los míos, enamorados de las letras, conscientes de que su tarea no era puntuar exámenes sino transmitir el valor de la literatura.

    Quién sabe, quizá sean en parte responsables de lo que soy.

    ResponderEliminar

Si dejas tu comentario, entenderé que aceptas formar parte del reflejo de este espejo. Gracias por tu visita.