Empezamos siglo y la literatura publicada en él todavía tiene que madurar mucho como para acertar con lo que serán imprescindibles o, al menos, dignos de quedarse en la memoria colectiva. Los libros, como el buen vino, no muestran lo mejor de sí mismos de inmediato. Se puede intuir su potencial, pero algunos, con el tiempo, se avinagran. A otros lo que les afecta son las condiciones ambientales y acaban no sirviendo ni para aliño.
El tiempo, ese Cronos implacable que todo lo devora y que erosiona los férreos muros hasta convertirlos en arena.
Pero hay otros que crecen, que ganan con los años. Se multiplican por sí mismos, como si las palabras mutasen aunque en el fondo sigan siendo las mismas. Esos, los que se quedarán, son todavía un misterio. Ahora solo puedo hablar de algunos que fueron, y como voy a hacer eso, solo seguir el criterio del año que se publicaron, voy a incluir alguno al que avala mi propio criterio. O mis deseos. O que cuando leí, pensé que era digno de quedarse en mí.
Por cierto, en 2001 hay dos, porque me ha sido imposible elegir.
2001. Soldados de Salamina. Javier Cercas.
Cuando esta novela cayó en mis manos, no tenía ni idea de lo que me iba a encontrar. Lo que había nada más abrir las páginas era una narrativa brillante, una historia adictiva que mezclaba hechos reales con ficción y que no pude soltar hasta terminarla. Quizá nos estaba dando la pista del tipo de novela que gustaría más a los lectores en esta primera década del siglo XXI, hechos ficticios aderezados con personajes extraídos de la realidad, pero que tampoco olvidan su biografía. Se sigue leyendo y sigue sorprendiendo.
2001. La sombra del viento. Carlos Ruiz Zafón.
Nos costó mucho reconocer a Carlos Ruiz Zafón lo que consiguió con La sombra del viento. Este país es así, envidioso con el éxito ajeno, buscando siempre peros a lo que convence a muchos. Cuando leí esta novela hacía mucho que se había traducido y la verdad fue que me impactó. Es de las que me despertaron, de esas que me gritaban al leerlas, "escribe, tú puedes, no tengas tanto miedo". Fui a Barcelona con mi niño de 7 años de la mano y recorrimos sus escenarios. Y le conté a la guía, Helena, que un día yo iba a escribir un libro e iba a intentar publicarlo como fuera. No es tan bonito, pero lo conseguí.
2002. La piel fría. Albert Sánchez Piñol.
Un prófugo irlandés, una pequeña isla del Atlántico, un faro y la tarea de realizar mediciones meteorológicas durante un año. Alberto Sánchez Piñol escribió una novela sobre el miedo, sobre todo ese que vive dentro de nuestra propia mente. Esta novela ganó los premios Ojo Crítico y Llibreter de narrativa, fue publicada en principio en Catalán y después traducida a más de 35 lenguas.
2003. La dama número trece. José Carlos Somoza.
Este autor nació en Cuba, pero vive en España desde que tenía un año. En esta novela lo real y lo imaginario se mezclan en la vida de un profesor de literatura que tiene un sueño repetido. Lo inquietantes es que esas pesadillas tienen su reflejo en la realidad. A través de las palabras y la poesía realizará una investigación sorprendente.
2004. El hombre que mató a Durruti. Pedro de Paz.
Esta novela ganó el Premio de Novela Corta José Saramago en el año 2003. El comandante Fernández Durán y su ayudante el teniente Alcázar acuden al frente de Madrid en plena Guerra Civil, para investigar la muerte de Durruti. La tendencia de estos primeros años, la de novelar la historia, sigue repitiéndose con gran éxito entre la crítica y el público. Presentada con una narrativa envolvente y cuidada, supuso el debut literario de su autor.
2005. Historia del rey transparente. Rosa Montero.
De esta novela hice reseña ya en el blog, en 2010, y contaba que la protagonista, Leola, es una especie de Don Quijote femenino. Se disfraza de caballero para sobrevivir y va acompañada de su propia escudera, Nyneve, una mujer rechoncha y sabia que también se viste de hombre, y que dice ser una bruja. En el libro se suceden sus andanzas y las reflexiones que hablan de universales. Es un libro para leer más de una vez.
2006. La catedral del mar. Ildefonso Falcones.
El autor contaba que le había costado cuatro años escribir esta fascinante novela sobre la Barcelona medieval. Otra vez una novela histórica se imponía sobre otros subgéneros de la narrativa y, no solo eso. Se publicó en el mes de marzo y el 23 de abril se convertía en el libro más vendido en Sant Jordi. La primera novela del abogado catalán alcanzó a finales de año el millón de ejemplares vendidos. Es la historia de la construcción de Santa María del Mar y gran parte del tirón que tuvo se debió a que Los pilares de la Tierra, de Ken Follet, ya se había convertido en un long seller y al tratar el mismo tema, atrajo la atención de los lectores.
2007. Tierra firme. Matilde Asensi.
Es la novela con la que empiezan las aventuras de Martín Ojo de Plata, o lo que es lo mismo, Catalina Solís disfrazada. Su manera de salvar la vida será convertirse en uno de los contrabandistas que surcaban los mares en el Siglo XII. Es la primera de una trilogía en la que de nuevo se mezclan historia y aventuras, como vengo diciendo, el género de más éxito en esta primera década de siglo.
2008. La conspiración de Yuste. Víctor Fernández Correas.
Y de una novela histórica con aventuras, a otra. El debut literario de Víctor Fernández Correas lo constituye una novela que narra una intriga alrededor de los últimos coletazos del reinado de Carlos I de España y V de Alemania. La documentación, la narración, la ambientación, la construcción de personajes, hacen de esta novela un goce para los sentidos. Como curiosidad, decir que este libro nace de un relato, Epílogo Imperial, que resulta premiado en el I Primer Certamen de Relato Corto 'Princesa Jariza' de Jaraíz de La Vera.
2009. Los demonios de Berlín. Ignacio del Valle.
En esta novela de Ignacio del Valle se vuelven a mezclar historia e intriga, creando un híbrido literario que funciona. El final de la segunda guerra mundial, y un misterio a resolver que nos enseña a un soldado enfrentándose a demonios ajenos y propios. Todo con el fin de rescatar el amor de una mujer. Quizá se me ha olvidado decir que en todas las historias, cualquiera que sea el género, hay siempre una historia de amor.
2010. Dime quién soy. Julia Navarro.
Una novela que recorre los primeros años del siglo XX, que entremezcla hechos reales con la vida del personaje principal al que solo pude encontrarle una pega: el exceso de páginas. En este momento aún no se habían popularizado los ebooks y el primer recuerdo de este libro es lo que pesaba, por encima de lo que contaba, y eso no creo que sea muy bueno (por mucho que me pase). Como no podía ser de otro modo, la década termina mezclando historia y literatura.
¡Gracias por acordarte de ella!
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