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domingo, 9 de julio de 2017

BUSCANDO A AUDREY, DE SOPHIE KINSELLA.



Sinopsis:

Desde que sufrió un terrible episodio de acoso en la escuela, Audrey, de catorce años, se niega a dar un paso fuera de su hogar o a relacionarse con nadie que no sea de su familia. Las gafas oscuras y la capucha de la sudadera se han convertido en sus mejores aliadas. Hasta que conoce a Linus, un compañero de videojuegos de su hermano mayor y experimenta una fuerte conexión que despierta en Audrey el intenso deseo de salir de su caparazón… Un largo viaje acaba de empezar. Por suerte para ella, Audrey no tendrá que emprenderlo en solitario. Cuenta con la inteligencia de su psicoterapeuta, con el cariño de su familia, con el ingenio y el humor de Linus. Pero, por encima de todo, cuenta consigo misma.


Mis impresiones:


No tenía ni idea de lo que me iba a encontrar cuando empecé a leer esta novela. Estoy tan acostumbrada a reír con Sophie Kinsella, que incluso a pesar de la sinopsis esperaba hacerlo. Y no es que no me haya reído, que sí, pero la novela me ha dejado un poco descolocada.

A ver si me explico mejor, porque me temo que nadie se está enterando de lo que estoy tratando de contar. Rebobino…

Soy fan de Sophie Kinsella. Cada vez que la vida me hace una putada, me voy a la estantería y releo alguno de sus libros. Al cabo de un rato de empezar la lectura, como si fuera magia, me encuentro riéndome como una idiota de las tonterías que les pasan a sus personajes. Casi todos tienen un componente surrealista que me encanta, ese humor inglés que a veces es un poco extraño, pero que cuando le pillas el punto te tiene con una sonrisa boba entre los labios.

Tengo tres mega favoritos:

Tengo tu número.

No me lo puedo creer (malísima traducción de Can you keep a secret, mucho más acorde con la historia).

La reina de la casa (la reina de las novelas de esta mujer para mí, hay veces que no necesito ni abrir la novela para reírme con algunas frases que recuerdo).

Loca por las compras no me gustó especialmente, no sé por qué, igual porque comprar no es mi actividad favorita y no le pillo el punto. Por eso tengo muchos de ellos ahí, en los pendientes. Cualquier día me los compraré e iré renovando repertorio.


Buscando a Audrey fue una compra para tener más donde elegir en la estantería en un momento de esos tontos en los que la risa es la mejor terapia. Solo que no me fijé mucho en la sinopsis, solo leí el nombre de una autora en la que confío a ciegas y me lo regalé sin más.

Ha sido una sorpresa mayúscula.

Entre esos personajes tan estrambóticos que ella dibuja siempre se cuela una historia de acoso escolar. Arranca en un momento divertidísimo, cuando la madre de Audrey amenaza con tirar por la ventana el portátil de su hijo mayor, Frank. La madre, asidua lectora de Daily Mail, está obsesionada con que su hijo juega demasiado LOC un videojuego. Está dispuesta a acabar con eso que ella considera una adicción. Son esos momentos en los que, a través de los diálogos, vamos conociendo el carácter de los personajes: Frank, un adolescente que siempre tiene la palabra justa (Audrey dice que podría ser abogado de mayor), Chris, el padre, que va a un poco a remolque de Anne, una mujer que está un poco de los nervios, obsesionada con ser buena madre. Y Félix, el pequeñajo de la familia, de cuatro años, un muñeco feliz de pelo rubio algodonoso al que Audrey envidia porque no tiene preocupaciones en la vida.

Y ella, claro, que se oculta tras unas gafas de sol, porque no puede soportar la luz del mundo después de lo que le ha pasado.

Entonces, la novela da un salto atrás en el tiempo y nos cuenta cómo han llegado a esta situación, para que la madre quiera tirar el ordenador de Frank por la ventana. No ha pensado ni siquiera en que cuesta una pasta. Poco a poco la autora, a través de situaciones a veces un poco surrealistas, nos irá acercando a lo que le ha pasado a Audrey.

Y entonces viene lo que no es gracioso.

Ha sabido ponerse en la piel de una adolescente acosada, o al menos mostrarnos sus emociones que en algunos momentos me han resultado muy realistas.

"Me estoy perdiendo tantas risas... A veces me hago ilusiones de estar acumulando una buena provisión de risas perdidas que, cuando me recupere, saldrán todas en un estallido y me dará un enorme ataque de risa que me durará veinticuatro horas seguidas."

No sé cómo explicar todo lo que he sentido con esta novela. He visto a Audrey subir y bajar en esa gráfica confusa que es la recuperación de alguien que está metido en una depresión. Me ha encantado el personaje de Linus, el amigo de Frank, que acaba convirtiéndose en alguien muy especial para Audrey y es un pilar esencial en el inicio de su recuperación. La historia de amor entre estos dos personajes adolescentes es muy tierna ("Me encantas tú".) Y me ha parecido muy acertado el que no fuera todo de color rosa, que la autora no haya tirado de azúcar sino de realidad para retratar esto. El momento con Izzi, una de las acosadoras, la actitud de sus padres queriendo convertirla en víctima principal... 

En ningún momento nos especifica qué es lo que le hicieron a Audrey. Solo hay vaguedades y no estoy segura de por qué ha hecho esto, si se ha saltado esta parte para que la novela no pierda esa parte de humor o porque no ha sabido cómo abordarlo. En serio, no he llegado a ninguna conclusión.

Es dura, es loca, imaginativa pero con los pies pegados a la realidad, por mucho que la maquille de buen humor y le ponga unas gafas oscuras para que no haga tanto daño.

Me ha parecido original ese tratamiento de documental, cuando a Audrey le dan la cámara para que grabe todo lo que le rodea. 

No la leáis si no estáis en un buen momento, esta no es como las otras, no escojáis esta novela si esperáis que sea solo para reír un rato y no pensar mucho en la vida, porque os vais a equivocar. Pero si no le tenéis miedo a la realidad.


miércoles, 20 de noviembre de 2013

NO TE LO VAS A CREER DE SOPHIE KINSELLA



Sinopsis:

Has tomado una copa de más y hablas por los codos, sin parar, y cuando por fin levantas la vista, unos ojos oscuros y penetrantes te observan atónitos, fascinados y... ¡muy interesados!

Después de asistir en Glasgow a una desastrosa reunión de trabajo y de tomarse un par de vodkas, ¿o fueron tres?, para levantar el ánimo e infundirse valor, Emma Corrigan se sube por fin al temible artefacto volador para regresar a Londres. El vuelo resulta especialmente movido; algunos pasajeros gritan, las azafatas se abrochan los cinturones con caras lívidas, y Emma se agarra desesperadamente a los brazos de su asiento. Presa del pánico, de su boca empiezan a brotar todos sus secretos, sus sueños más ocultos y sus deseos más inconfesables, que van a parar a oídos del silencioso pasajero que, inmutable, la escucha sentado a su lado.

Emma no se deja nada: desde el día en que perdió la virginidad hasta la nota de matemáticas que falsificó en el currículum, pasando por lo incómodo que le parece el tanga. Pero este mal trago no será nada comparado con lo que le espera el lunes en la oficina, donde corre la voz de que el presidente de la megacorporación americana para la que trabaja se encuentra de visita en la sede londinense. En medio del nerviosismo general, Emma decide acercarse a la máquina de café del pasillo y se cruza con la comitiva que acompaña al gran jefe...

Tierna y desternillante, la autora de Loca por las compras regresa con una nueva y divertida novela, y con una heroína que se hace querer.

Mis impresiones:

Hace unos días tenía ganas de leer un libro de esos que te dejan buenas sensaciones, más que nada porque te mantienen con una sonrisa en los labios mientras lees y te hacen olvidarte de todo lo que tienes a tu alrededor. Con estas premisas me puse a pensar quién cumplía siempre esas expectativas y un nombre saltó en mi mente: Sophie Kinsella.

Tenía pendiente hacerme un regalo y me lancé a la búsqueda de un libro de ella. No te lo vas a creer fue el elegido.

Lo primero que tengo que decir, después de realizada la lectura, es que no entiendo muy bien por qué han traducido así un título que en inglés, el idioma original de la novela es Can you keep a secret? Pienso que dado el contenido de la trama es mucho más adecuado y sugerente, pero bueno, supongo que existiría alguna razón de peso para cambiarlo tanto que yo no acierto a comprender.

La historia que cuenta la novela está narrada en primera persona por la protagonista, Emma Corrigan, empleada de una multinacional que trabaja en el departamento de marketing, donde es, más o menos, la última de la fila. Emma es enviada a Glasgow a una reunión y a la vuelta, en el aeropuerto, se toma tres copas para digerir el desastre que ha montado sin pretenderlo: se ha cargado un importante acuerdo de su empresa. Una azafata del avión que tiene que tomar para volver a Londres se percata de su estado de ánimo y decide cambiar su asiento por uno de preferente. En mitad del vuelo el avión entra en una zona de turbulencias y Emma, aterrada, se agarra a la mano del pasajero de al lado. Pero no solo eso, en medio del terror que siente, desgrana en los oídos del desconocido sus más íntimos secretos. No es que sean secretos de Estado, son esas pequeñas cosas que todos nos guardamos para nosotros mismos porque nos avergüenzan o porque resultaría demasiado comprometido confesarlos:

"El tanga que llevo me molesta"

"Sammy, el pez de colores de mis padres, no es el mismo que les cuidé mientras ellos estaban en Egipto"

Y así, montones de pequeños secretos que sin darse cuenta deja que el desconocido sepa. No habría pasado nada de no ser porque al volver al trabajo se encuentra con que ese desconocido es, nada más y nada menos, que su jefe.

La novela se mueve en tono de comedia, escuchamos los pensamientos de Emma pues está narrada en primera persona y vamos asistiendo a los malentendidos que se generan y a la progresiva atracción que poco a poco va surgiendo entre los dos.

Me ha gustado mucho, como este verano me gustó Tengo tu número. Entiendo perfectamente que sea la reina de este género porque el libro, aunque previsible en su desenlace, consigue que no pierdas en interés, e incluso te apetecería que tuviera alguna página más.


Tengo pendiente otro libro más de ella, ya os contaré.