El viernes estaba en el programa de mi vida señalado como un día corriente, un viernes más en el que, además de las tareas de la mañana, tenía tres citas: una, el café con mis amigas, otra en la peluquería y la tercera con el mercadillo de la plaza, la única mañana de la semana en la que donde vivo hay algo diferente que hacer. Siempre me doy un paseo sola entre los puestos y aunque mi intención casi nunca sea comprar nada, muchas veces se acaban viniendo conmigo calcetines, unas castañas o cualquier tontería si mi humor ese día me permite darme un capricho.
El café fue como siempre, una charla amena entre "unas jovencitas de cuarenta", como apuntó muy seria Ana una mañana cualquiera. Durante esta hora juntas hablamos de lo que se nos va ocurriendo, nos interrumpimos, nos reímos, tenemos conversaciones absurdas (como la del otro día, en la que se colaron 928 gramos de coca descontextualizados que dieron para mucho) y procuramos, aunque eso no sea un acuerdo firmado, dejar a los niños donde están, en el colegio. Los cafés se nos alargan y siempre hay que salir corriendo porque hay dos que tienen que abrir sus negocios y las demás empezar un maratón que estoy segura que no superarían algunos atletas de élite… ¡Si no fuera por eso! Cualquier día pasaríamos media mañana allí. Nos concedemos el regalo de un rato de relax, para mí el único de la jornada. Lo raro es que sucede al principio, cuando el día apenas empieza. Supongo que cargo las pilas allí.
La peluquería me dio la opción de leer, y ahí estuve sumergida en una historia preciosa que ya os contaré. Ir a la peluquería es algo que me da mucha pereza y no por la peluquera, Rocío, que es un encanto, sino porque no me gusta que me toqueteen el pelo. Hay a quien le relaja y a mí me pone de los nervios. Pero cuando el flequillo se mete ya en los ojos es momento de dejar la pereza y agarrar las tijeras.
La tercera cita, con el mercadillo, fue un mero trámite, hacía tanto aire que las camisetas de los puestos volaban por los aires y empezaron a recogerlo prontísimo. Así que volví a casa en menos de veinte minutos. Menos mal que tengo un pelo genial (lo único genial que tengo por otro lado) que no se despeina ni con un tornado fuerza cinco porque si no, lo de la peluquería hubiera quedado en nada.
Encendí el ordenador mientras empezaba a hacer la comida y entré en Facebook. Mi manía de hacer siempre varias cosas a la vez… ¡Qué alegría me llevé! Tenía un mensaje de Emilio Casado, contándome que su novela, Crónica Insignificante, había sido elegida como una de las finalistas del proyecto Fuera de Serie. Le felicité, por supuesto, me encanta lo que está logrando, y me puse a buscar algún hilo en el que se hablase de ello, para saber un poco más. Como no encontré lo que buscaba cerré el ordenador y me concentré en los macarrones.
Por la tarde, después de trabajar, volví a buscar a los otros galardonados con los Fuera de Serie 2011. Las otras tres novelas seleccionadas son Siete Historias, de Ángeles Om, mi lectura actual, que hasta donde he leído me está conquistando; Tengo ganas de morirme para ver qué cara pongo de Miguel Albandoz y Hermano, de José Luis Serrano, estas dos dos últimas totalmente desconocidas para mí. Si os interesa podéis leer más de ellas en este enlace: Novelas Fuera de Serie 2011.
De todo esto sólo me quedo con lo importante para mí, la alegría que sentí al enterarme de que Crónica Insignificante, que os he repetido mil veces que para mí es el libro del año, había logrado algo que está al alcance de muy pocos: conseguir un premio antes incluso que el apoyo de una editorial. Y mira que estamos pesaditos, repitiéndoles que se están perdiendo algo muy bueno. ¡En fin! Ya escucharán algún día. Ellos sabrán.
Me he estado riendo con la ironía que se plantea con este reconocimiento a Crónica Insignificante antes de su edición (que no autoedición, autoeditada está aquí). La misma ironía que encontrarte con que te invitan a presentar tu novela (en este caso estoy hablando de mí) cuando ni siquiera he decidido si es lo suficientemente digna para estar publicada. Eso me ha pasado esta semana. He tenido que decir que no, claro está, y le he pasado el testigo a otra persona. Cuando esté todo en marcha os contaré quién es. Y cuando yo esté segura de algo también os lo haré saber.
MAYTE ESTEBAN. Escritora. Abrí paso en España al mundo de la autoedición. Hoy publico con HarperCollins.
domingo, 18 de diciembre de 2011
sábado, 17 de diciembre de 2011
¡YA TENEMOS GANADOR!
Esta mañana he sorteado el ejemplar de El bolígrafo de gel verde que os prometí. El ganador es GANADORA. Es Estela y tenía el número 9. El libro se va a Palencia. ¡Enhorabuena Estela!
Os dije que tenía que pensar cómo hacerlo. El caso es que sé que hay programas donde es muy sencillito obtener un ganador pero tenía un problema: los dos números que no participaban. Así que, ni cortas ni perezosas, Aitana y yo hemos organizado un sorteo de colegio, con papelitos agitados y su manita inocente. Testigos de la limpieza del evento: la cámara de vídeo y Álex.
Nos ha salido un vídeo un poco largo, no he querido cortar el momento de la preparación, cuando mi pequeña doblaba los números y los ponía en el bote de cristal. He intentado hacer que hablase pero, con lo que ella es, la cámara le ha despertado la vergüenza (o la envidia, confunde a veces los significados de estas dos palabras, a saber cuál habrá sentido esta mañana) y he tenido que sacarle las palabras a base de preguntas. Me hace gracia cómo habla, con su ceceo acrecentado ahora que se le han caído los dientes y quería que, ya que es la primera vez que os dejo verla, la escuchárais.
Después de una hora inútil tratando de subir el video y en vista de que se me resiste, os dejo el enlace donde lo podéis encontrar.
Aitana sorteando el libro. Voy, además, a ponerlo en Facebook por si alguien quiere verlo.
Lo dicho, felicidades a Estela a los demás, muchísimas gracias por participar y muchísimas más por ir dejando por ahí vuestros reflejos.
Os dije que tenía que pensar cómo hacerlo. El caso es que sé que hay programas donde es muy sencillito obtener un ganador pero tenía un problema: los dos números que no participaban. Así que, ni cortas ni perezosas, Aitana y yo hemos organizado un sorteo de colegio, con papelitos agitados y su manita inocente. Testigos de la limpieza del evento: la cámara de vídeo y Álex.
Nos ha salido un vídeo un poco largo, no he querido cortar el momento de la preparación, cuando mi pequeña doblaba los números y los ponía en el bote de cristal. He intentado hacer que hablase pero, con lo que ella es, la cámara le ha despertado la vergüenza (o la envidia, confunde a veces los significados de estas dos palabras, a saber cuál habrá sentido esta mañana) y he tenido que sacarle las palabras a base de preguntas. Me hace gracia cómo habla, con su ceceo acrecentado ahora que se le han caído los dientes y quería que, ya que es la primera vez que os dejo verla, la escuchárais.
Después de una hora inútil tratando de subir el video y en vista de que se me resiste, os dejo el enlace donde lo podéis encontrar.
Aitana sorteando el libro. Voy, además, a ponerlo en Facebook por si alguien quiere verlo.
Lo dicho, felicidades a Estela a los demás, muchísimas gracias por participar y muchísimas más por ir dejando por ahí vuestros reflejos.
Etiquetas:
el boligrafo de gel verde,
eloy moreno,
sorteo
viernes, 16 de diciembre de 2011
PARTICIPANTES EN EL SORTEO DE EL BOLÍGRAFO DE GEL VERDE
Cerrado el plazo para participar en el sorteo de El bolígrafo de gel verde, de Eloy Moreno, esta es la lista definitiva de participantes. Mañana publicaré quién ha resultado ganador. Os deseo a todos muchísima suerte.
1.- Dácil Muñoz
2.- Eva Ortiz
3.- Lorenzo Tomás blanco
4.- Félix Magallón Martínez
5.- Carolina
7.- Francis Garc
8.- Astarielle
9.- Estela
10.- Espe
11.- Margari
12.- Marta
13.- Alex
14.- Sherezade
15.- Yoli
17.- Bel Ramón Martorell
18.- Mona Lisa
19.- LauNeuk
20.- Reyes Alonso
21.- Patito
22.- Lalis Cullen
23.- Kyra
Habréis visto que faltan dos números, uno pertenece a una persona que no ha enviado su correo y el otro… es que me lo salté yo (¡perdón!) al hacer la lista. ¡Qué vamos a hacer! ¡Soy de letras! No es que le tenga manía al seis…
Tengo unas horas para decidir cómo sortear el libro. Estoy pensando que a lo mejor grabo un vídeo del proceso. La mano inocente, por supuesto, será la de Aitana. No creo que le entre pánico escénico, es toda una artista (sobre todo en el arte de escaquearse cuando hay que hacer deberes).
1.- Dácil Muñoz
2.- Eva Ortiz
3.- Lorenzo Tomás blanco
4.- Félix Magallón Martínez
5.- Carolina
7.- Francis Garc
8.- Astarielle
9.- Estela
10.- Espe
11.- Margari
12.- Marta
13.- Alex
14.- Sherezade
15.- Yoli
17.- Bel Ramón Martorell
18.- Mona Lisa
19.- LauNeuk
20.- Reyes Alonso
21.- Patito
22.- Lalis Cullen
23.- Kyra
Habréis visto que faltan dos números, uno pertenece a una persona que no ha enviado su correo y el otro… es que me lo salté yo (¡perdón!) al hacer la lista. ¡Qué vamos a hacer! ¡Soy de letras! No es que le tenga manía al seis…
Tengo unas horas para decidir cómo sortear el libro. Estoy pensando que a lo mejor grabo un vídeo del proceso. La mano inocente, por supuesto, será la de Aitana. No creo que le entre pánico escénico, es toda una artista (sobre todo en el arte de escaquearse cuando hay que hacer deberes).
martes, 13 de diciembre de 2011
RECORDATORIO DE SORTEO: EL BOLÍGRAFO DE GEL VERDE DE ELOY MORENO
Os recuerdo que en dos días se cierra el plazo para participar en el sorteo de un ejemplar de El bolígrafo de gel verde, de Eloy Moreno, firmado por el autor.
Si queréis participar todavía estáis a tiempo. Las bases las podéis encontrar aquí y son tan sencillas como dejar vuestro nombre y un correo de contacto.
¿Lo vais a dejar pasar?
Si queréis participar todavía estáis a tiempo. Las bases las podéis encontrar aquí y son tan sencillas como dejar vuestro nombre y un correo de contacto.
¿Lo vais a dejar pasar?
domingo, 11 de diciembre de 2011
CUANDO LEAS ESA CARTA, DE VICENTE R. GRAMAJE.
Ya iba siendo hora. Después de más de un mes que hace que está en casa, he podido leer esta novela. Este libro ha sido galardonado con el premio Círculo de Lectores de novela 2011.

El autor elige un modelo narrativo poco frecuente para contar la historia, pero que a mí me sonaba mucho porque uno de los últimos libros que he leído es Nivaria, de Óscar R. Arteaga y es el mismo: intercalar pasado y presente en capítulos sucesivos. En este caso, sin embargo, no se trata del pasado del protagonista y su presente, sino el pasado de los hombres que aparecen en la fosa común del Monte Arruit y la aventura de Víctor tratando de encontrar a la destinataria de la carta que ha encontrado. Con los capítulos del pasado el autor trata de rescatar del olvido una de las etapas más desconocidas de nuestra historia, la época del Protectorado de Marruecos y con ello un incidente que, debido sobre todo a la Guerra Civil, mucho más dolorosa para la conciencia colectiva, quedó en el olvido: el desastre de Annual. Para su búsqueda, Víctor se apoya en la capitana Claudia Navarro, a la que conoce el día que encuentra la botella y que le ayudará. Ambos acabarán viviendo una historia de amor que sacará al protagonista de la apatía en la que vive. La carta, al final, le servirá también de ayuda a él.
La novela en general me ha gustado. Está muy bien documentada y pone luz sobre asuntos que se han ido olvidando pero que marcaron a muchas familias a principio del siglo XX. Como único pero tengo que decir que me costaba entrar en la historia, sobre todo debido a esa estructura dual de la que hablo. Cuando parecía que había logrado seguir las andanzas de los militares, su lucha diaria con el sol y los piojos, su resistencia desesperada sin agua… me iba de viaje de repente con Víctor, en busca de la dirección de la carta. Y cuando creía que estaba ya dentro de su aventura detectivesca (me costaba, lo siento no me he podido creer su idilio con la capitana Navarro) de pronto habíamos vuelto a Chemorra. Me ha gustado descubrir al final del libro unas cuantas páginas en las que la ciudad de Segovia es el escenario. Esto no tiene la más mínima importancia pero me apetecía contarlo.
Por lo demás, está bien escrito y hay momentos muy brillantes, pero que quedan un poco disueltos en esa confusión que, a mí y solo a mí, me ha provocado la organización del relato.
Etiquetas:
vicente gramaje
Suscribirse a:
Entradas (Atom)