miércoles, 1 de junio de 2016

LEER LIBROS MALOS



El otro día hablaba con una amiga escritora sobre los libros que leíamos. Ella me decía que no le valía cualquier cosa, que últimamente necesitaba libros mejores para sentirse satisfecha y que con el poco tiempo que tiene debía ser un tanto selectiva. Es algo en lo que estoy muy de acuerdo. Cuanto más lees, más despierta tu espíritu crítico y se hacen necesarios libros con más peso para sentir que has realizado una lectura plena.

Aunque a veces apetezca algo más ligero.

Con lo que ella no estaba de acuerdo conmigo, era con leer libros malos. ¿Para qué? Suponen horas lectoras tiradas a la basura, más cuando desde el principio te das cuenta de que aquello que tienes entre manos no conduce nada más que hasta el desastre narrativo.

Y, sin embargo, yo me empeño en leerlos.

Periódicamente descargo libros gratis en Amazon. Poner nuestros libros gratis es una estrategia que usamos los autores por cuatro razones fundamentales (esto lo digo desde mi punto de vista de observadora, ya sabéis, sin validez científica alguna). Hay un tipo de obras que llevan mucho tiempo en la red y sus ventas han decaído tanto, están tan pirateadas que poco importa ya que el autor sea generoso y se lo regale a sus lectores. Incluso se puede aprovechar para corregir alguna errata o hacerle un arreglillo a la maquetación. Hay otro tipo de libros que se ponen gratis porque al autor no lo conocen ni en su casa (a veces se le ha pasado contarle a los suyos que escribe) y es una manera de que le empiecen a leer. Otra tercera opción es con fines promocionales: autores que tienen más obras y quieren que alguna siempre esté disponible para atraer potenciales lectores. Y la última... La última es porque esos libros que costó tanto publicar, hacer la portada, maquetar y subir a la red no han despertado el interés de media docena, no se ha hecho eco de ellos apenas el boca oreja y tampoco hay nada que perder.

Cuando algún libro de los que está gratis me llama la atención lo descargo. Con este método he de reconocer que he encontrado pequeñas joyas que incluso han pasado por el espejo, pero lo más frecuente son los tropezones, esos libros que no reseñaré jamás, pero a los que estaré eternamente agradecida.

Porque son una fuente inagotable de conocimientos.

Quienes me conocen saben que no sé estar quieta. Parar mi cerebro es una actividad que me cuesta tanto que apenas soy capaz de dormir porque ni siquiera entonces desconecto. Sueño con tanta intensidad que me acabo despertando a mí misma, a veces asustada, otras cabreada porque sé que no seré capaz de volver a dormirme. Me cuesta muchísimo relajarme y solo hay tres actividades que lo consiguen: leer, escribir y estudiar.

Por eso, aprovecho que esto me calma y a la vez que leo libros sobre narrativa, me estudio estos libros.

Estudio los personajes, la trama, la narración, los tiempos verbales...  Estas historias imperfectas suponen un campo de reflexión fantástico porque me sugieren muchas preguntas. ¿Por qué no me creo a la protagonista? ¿Qué le pasa a este párrafo que lo he tenido que leer dos veces para comprenderlo? ¿Por qué no me llega la trama? Cada pregunta la analizo y encuentro las respuestas enseguida. Y ese es  el valor que doy a estos libros, porque me permiten ver fallos que quizá yo también estoy cometiendo a veces.

Pero es más fácil ver la mota en el ojo ajeno que la viga en el propio.

Otra cosa que estudio es los comentarios que han dejado los lectores sobre ellos en Amazon. Me resultan muy reveladores. Casi todas estas novelas tienen una cantidad moderada de comentarios (ni muchos ni pocos), pero coincidentes. Es muy raro encontrar dos características en ellos: compras verificadas y opiniones malas. Todo son parabienes, muchas veces halagos personales a los autores (de verdad, no lo hagáis, queda como el culo) y a su perfecta ortografía. Ahí es cuando a mí se me descuelgan los ojos, porque he visto cada burrada que es como para que te dé un mareo y te tengan que despertar con sales aromáticas. Por ver, este verano vi una novela malísima en la que en el prólogo se decía de la persona que lo había escrito que poco menos que le darían el Nobel de literatura en breve. Y varias veces separó con coma sujeto de predicado...

Todo esto me tranquiliza y me cabrea más o menos en la misma medida, porque me parece muy injusto que haya novelas buenísimas a las que los famosos trolls ponen a parir, novelas muy dignas que se tienen que comer barbaridades dichas con quién sabe qué objetivo (vale, yo lo sé y tú también, para qué escribirlo) y esto que no son más que relatos en su mayoría de aprendizaje, que no deberían haber salido de un cajón, tienen valoraciones altísimas.

Engañosas y estériles porque siguen perdidos en las listas, como no podía ser de otro modo.

Al final, no pude convencer a mi amiga de que se leyera estas cosas. Dice que duerme mejor que yo, que le sobra menos tiempo y quiere dedicarlo a lo bueno. La verdad es que, ahora que lo pienso, si durmiera no tendría tiempo para las mil tonterías que se me ocurren.

15 comentarios:

  1. Yo también he leído libros gratis. Así encontré a una escritora maravillosa, aunque son las/los menos.
    Respecto al resto opino lo mismo que tú, comentarios complacientes, trolls, y cosas que nunca entenderé.

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    1. Pero es posible encontrarse joyas, por eso yo lo sigo intentando. Y por aprender, me resulta muy interesante lo que descubro a veces.

      Lo de los comentarios. Yo creo que en lugar de orientar desorientan, pero Amazon tiene sus normas peregrinas y lo consiente. Eso de comentar sin comprar... me parece horrible... pero es que encima tienen un sistema para detectar si el libro ha sido leído, al menos si se han pasado las páginas (en KDP nos pagan por página leída, pueden hacerlo entonces) y podrían usarlo para indicar al lector si el comentario tiene base o no. Si al menos se han pasado las páginas. Se sigue pudiendo trampear, pero ya cuesta un esfuerzo extra y sería otro filtro más.

      Otra cosa curiosa. Mi familia no puede comentar mis libros porque, según ellos, no serán objetivos. Un extraño que ni siquiera lo ha comprado, sí, porque lo es. ¿Es de verdad objetivo? Tengo un comentario sin compra que me dijo que le falto al respeto a los lectores con La arena del reloj porque no soy rigurosa con la historia y son los recuerdos de mi padre contados en primera persona. No he sido capaz de convencer a Amazon de la mala intención de ese comentario. Les parece perfecto. No entiendo nada, pero protestar, protesté.

      Cosas que pasan...

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  2. De los libros malos también se aprende, sobre todo nos enseñan cómo no se debe escribir. Yo creo que he aprendido más de estos que de los buenos. Otra cosa es cuando leo con el único objetivo de disfrutar de una buena historia, entonces soy más exigente. En cuanto a los comentarios... Bueno, claro que hay trolls, y también apoyos incondicionales cuya objetividad puede ponerse en entredicho. No sé, creo que a la larga la balanza siempre se equilibra hacia el lado justo.

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    1. Yo cuando quiero disfrutar ya sé qué libros elegir, pero otras veces... bueno, ya sabes que otras veces experimento.

      Besos

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  3. ¡Hola, Mayte! Me parece muy interesante lo que haces con los libros "malos" y, con tu permiso, lo intentaré aplicar a aquellos que no logren convencerme tanto en las primeras páginas, como al pasar X número de capítulos. Por el momento tengo varios que debo leer antes de ponerme con mi lista de descargas gratis de Amazon (que será este verano con total seguridad).

    Quizá, los que tengan poco tiempo y hayan leído mucho, sí que necesiten algo más de calidad narrativa en lo que leen. Si van a dedicar parte de su tiempo libre a leer, mejor que sea algo que valga la pena ¿no? Pero creo que algo malo de vez en cuando también sirve para aprender, como es tu caso. Creo que todos deberíamos hacer esas reflexiones cuando leemos libros que no nos convencen, aunque luego no hagamos reseña o no dejemos opinión por el motivo que sea (que cada uno tendrá las suyas).

    Muchas gracias por esta entrada porque me has dado la idea de aprender un poco más gracias ;)

    Saludos.

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    1. Yo siempre ando dándole vueltas a la cabeza, bueno, como tú, ya te he dicho que cuando te leo tengo la sensación de que nos pasa casi lo mismo.

      Un beso

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  4. Buf... leyendo tu entrada, quiero pensar que estoy en el tercer supuesto. Y sí, lo de las compras verificadas creo que es un detalle que se tiene demasiado poco en cuenta.
    Saludos.

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    1. Pretendía contestar aquí y me he confundido. A ver si me acostumbro a este nuevo formato de comentarios.

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  5. Estás ahí, sí, jajaja. Tú Café y cigarrillos para un funeral es de lo mejorcito que hay gratis ;)

    Besos

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  6. Lo de los comentarios da para un tratado. Y lo de las lecturas gratis son una fuente de para aquellos que no podemos permitirnos muchos dispendios. Suelo tener suerte con mis lecturas y reconozco que soy muy cabezota con los libros y a no ser que sean muuuuy malos, no los dejo a medias, porque por experiencia sé que hay libros que tienen su momento y su ánimo.
    Besos

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    1. Es verdad eso que dices, hay libros que depende de tu ánimo te gustan más o menos. O nada. Pero hay otros en los que fallan tantas cosas que ya no es el ánimo. Esos son los que soy más cabezota yo, porque son ejemplos de lo que no hay que hacer.

      Lo de los comentarios lo dejamos mejor, que es verdad que tiene tela.

      Un beso.

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  7. Hola Mayte, soy nueva por aquí! Yo también leo de vez en cuando libros malos, aunque cada vez menos porque me he dado cuenta de que puedo aprender tanto o más de los libros buenos, y además, me inspiran. ¿No te ha pasado que leyendo un libro bueno hayas querido parar de leer y ponerte a escribir para hacerlo igual de bien? :-D A mí me pasa! Bss

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    1. Bienvenida, María.
      Claro que de los buenos también se aprende, pero a mí no me pasa eso de que tras leerlos me entren más ganas de escribir. Al contrario, creo que me bloqueo. Pienso que el nivel está tan alto que será imposible llegar y estoy unos días borrando todo lo que escribo.

      Gracias por atravesar el espejo.

      Besos

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  8. Lo de los comentarios hay para todos los gustos y con un sinfín de intenciones. Estoy totalmente de acuerdo en que de todo se aprende, de los libros "malos" también, aunque muchas veces yo pienso que es más cuestión de que no estoy del ánimo adecuado para ese determinado libro en ese momento. Besos

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    1. Yo hablo de libros objetivamente malos, no de los que te pillan en mal momento, eso da para otro post. Tengo algunos maravillosos que me costaron por mí misma, no porque fueran malos. De estos que hablo hoy lo son porque tienen fallos muy grandes.

      Besos

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