domingo, 8 de octubre de 2017
FAROS (I)
Cierro los ojos frente al faro e imagino la historia de un barco que hoy busca su luz para esquivar las rocas. La tormenta de esta noche es de proporciones épicas. El barco está solo en mitad de las aguas, tan solo y aislado como la torre que vigila siempre desde la costa. Por su escalera de caracol sube el farero a la linterna. Se asegura de que todo funcione y, solo entonces, mira hacia ese mar embravecido que se ha empeñado esos días en mostrar su peor cara. Mientras, desde el buque, un marino ruega porque el farero esté en su sitio, vigilando que la lámpara no se apague.
Si él está ahí, será capaz superar la tormenta y sortear las rocas.
Como lo ha hecho otras veces.
#BuenasNochesConFaros
El reflejo de
Mayte Esteban
Etiquetas:
Faro,
microrrelato
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¿Sabes que eso puede ser una buena metáfora? Seguro que si
ResponderEliminarMás de una, María. Tú me conoces y sabes que no escribo solo lo que se ve, hay que ir un pelín más allá.
EliminarBesos