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viernes, 3 de junio de 2016

MIENTRAS ME RECUERDES DE RAQUEL ARIAS



Sinopsis:

Tras la muerte de su abuela Cora, Madison descubre unas cartas que aquella nunca envió al gran amor de su vida en Irlanda, de modo que decide pasar las vacaciones de verano allí para intentar encontrar al hombre con el que Cora nunca pudo ser feliz. El viaje da sus frutos y Madison consigue su cometido, aunque ya sea inútil para su abuela.

Pero no será tarde para ella misma, que se verá envuelta en una historia de amor más fascinante que las clases de Historia que imparte en la universidad, pues en Irlanda conoce a un atractivo médico. Su romance pasará por una red de malentendidos y engaños, al igual que les sucedió a Cora y a su amado en el pasado. Y, como ellos, Madison encontrará un amor inolvidable.

Mis impresiones:

Lo primero que tengo que decir es que esta novela la leí hace varias semanas, pero me pilló en un momento sin acceso al blog, dejé correr la reseña y he tardado más de lo previsto en volver a ella.

Conocía a Raquel, escritora leonesa finalista como yo del HQÑ con su anterior novela, Tres deseos para Isolda, pero he empezado leyéndola por la segunda que ha publicado. Bueno, en realidad con Raquel el proceso casi ha sido inverso en todo, porque antes de leerla la conocí en persona en el RA y os puedo decir que es un encanto de mujer. Alguien que sientes muy de verdad, con quien estás cómoda desde el minuto uno. Vivimos las charlas sentadas juntas, con otra grande, Sara Ventas, y seguro que por la foto veréis mejor lo cómodas que estuvimos y lo bien que lo pasamos las tres.





Mientras me recuerdes es una historia de segundas oportunidades, de secretos familiares ocultos durante muchos años que Madison empieza a destapar al encontrar en un armario de casa una caja con viejas cartas. En ellas redescubre a Cora, su abuela, con la que ha vivido toda su vida en Estados Unidos, pero que es de origen irlandés. Leyéndolas es consciente de un pasado que desconocía, del gran amor que dejó allí cuando se tuvo que marchar a los 17 años. La imagen de su abuela se redibuja en su mente y enseguida su curiosidad se despierta. Es profesora de Historia y la historia de Irlanda siempre ha sido su pasión, por lo que empieza a germinar la semilla del deseo de marcharse allí para averiguar más.

Madison tiene ganas de conocer la tierra de sus antepasados y su situación personal, que en esos momentos no es la mejor del mundo con su novio (mejor no hablamos del novio), le da el empujón definitivo para viajar (a pesar de su fobia a los aviones). Desde el momento en el que pone un pie en Cork se siente como en casa, sensación que se multiplicará al conocer a Kieran, un atractivo doctor al que tiene que acudir al torcerse un tobillo.

Raquel Arias dibuja un pequeño hotel irlandés en el que la familiaridad del trato se cuela entre las líneas y hace que hasta tú, como lector, te sientas tan cómodo como Madison, a pesar de las tormentas (las internas y las externas) que de tanto en tanto se desatan.

Yo me la bebí en poco más de un día.

Me ha quedado la sensación de una historia bonita, de una novela de esas que hacen falta de vez en cuando para soñar, de unos personajes, un paisaje y un clima que apetece sentir. Y de ese primer capítulo de la historia que, desde aquí te lo digo, Raquel, da para una novela entera él solo.

sábado, 28 de febrero de 2015

FINALISTA EL EL III PREMIO INTERNACIONAL DE NOVELA HQÑ

En una nube. Así llevo desde hace un par de días. Escribiendo y borrando frases que cuando releo no me sirven, porque no encuentro la manera de transmitir todas las sensaciones que me invaden en estos momentos. 

¡He sido finalista en el III concurso Internacional de Novela HQÑ de Harlequin!

¡Estoy feliz!

¿Qué digo feliz? ¡Eufórica!

Esta novela es la que he me ha mantenido ocupada este verano, la que terminé de revisar justo antes de ponerme a darle los últimos toques a Brianda.


Como desde Harlequín aún no lo han hecho, no os voy a contar nada de ella de momento. Solo una cosa: estoy segura de que os va a gustar, porque es muy fresca y con un tema de actualidad que os hará pararos a pensar un poco. Y tiene no una, sino dos historias de amor.

Ay, que ya estoy impaciente, ¡¡¡quiero que la leáis ya mismo!!!

Me presenté al concurso muy ilusionada, pero consciente de que es un certamen internacional, en estos momentos hay mucha gente escribiendo historias de muchísima calidad y no era sencillo llegar hasta aquí. Sin embargo, me apetecía el reto, probarme, vivir la experiencia y os prometo que ha sido fantástica. Me teníais que haber visto cuando recibí la llamada, creo que hasta que no pasaron un par de horas no fui capaz de reaccionar de verdad, y lo mejor fue cuando decidí que esto se lo tenía que contar a mi madre. Agarré el teléfono, conté los tonos mientras iban sonando, impaciente por soltar la lengua y ella me contestó bajito:

-Hija, luego te llamo que ahora no puedo hablar.

Por supuesto, me reí, ella es así. La había pillado en un mal momento. Hasta tres horas después que me llamó, no pude contárselo. Menos mal que no me muerdo las uñas, no hubiera quedado ni una.

Otra hija, la mía, desde entonces me lleva dando miles de besos, diciendo que tiene la mejor madre del mundo. Aunque solo sea por esto, presentarse al concurso ya hubiera merecido la pena, por verla sentirse tan orgullosa de su mamá. Me la voy a comer cualquier día, o escribiré un personaje que se parezca mucho a ella, para que no se me olvide nunca lo preciosa que es. Mis chicos, los dos, también me han llenado de besos y abrazos, y anoche lo celebramos como se merece, los cuatro juntos. 

Quiero verle la carita ya, va a ser la primera vez que no conozca el rostro de una de mis novelas, pero estoy muy tranquila porque sé que en Harlequin se están haciendo portadas fantásticas y estoy segura de que le pondrán un traje que le siente como un guante.

¿Os he dicho que estoy feliz?

Por si acaso, lo estoy.

Me he quedado pensando en el lógico despiste que pueden tener conmigo mis lectores. Empecé escribiendo una novela juvenil. Luego salté a otra intimista. Después, una juvenil fantástica y más tarde acabo ganando un premio a la Mejor Novela Sentimental por Detrás del cristal. Cuando todo el mundo esperaba algo parecido... ¡voy y publico una novela juvenil fantástica con tintes históricos! ¡Y ahora una romántica!

Seguiré así, buscando para cada una de mis criaturas el mejor sitio que pueda, dejándome llevar por la historia que me seduzca en cada momento porque disfruto muchísimo con esto.

Voy a seguir escribiendo, como digo siempre, porque no sé no hacerlo. No sé cómo se vive sin palabras.

Una cosa más.

¡¡¡¡Estoy feliz!!!!

Os dejo una foto con los nombres de la ganadora y las otras dos finalistas, a las que felicito desde el blog y deseo toda la suerte del mundo.