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sábado, 13 de agosto de 2022

EL PRODIGIO DE LAS MIGAS DE PAN DE MARGA DURÁ

 



Sinopsis:


1890, Can Marea, Barcelona. Claudia Caralt, una niña de nueve años, vive con su familia paterna y su madre italiana en la masía familiar de un pueblo de la costa. Su madre, a la que siempre ha estado muy unida, fue una prometedora pintora que tuvo que renunciar a su carrera cuando se casó. Claudia no quiere que le suceda lo mismo y está decidida a convertirse en lo que realmente desea ser.

El día en que su hermano Amadeo nace con una discapacidad, nada vuelve a ser igual para ambas. Pasados los años, el enfrentamiento con la familia y las ansias de libertad de Claudia la llevarán a huir a Roma, donde trabajará en un centro psiquiátrico en el que viven niños discapacitados que han sido abandonados y que, como Amadeo, están al margen de la sociedad. Allí conocerá a la dottoressa Montessori, una de las pedagogas más revolucionarias de todos los tiempos, con quien luchará por una idea poderosa: solo a través de la educación puede cambiarse el mundo. En ese momento, Claudia decide estudiar para ser maestra y así conseguir hacerse cargo de su hermano; pero nada sucederá como lo tenía previsto.

Esta novela es un fascinante viaje hacia la libertad en los albores del feminismo del siglo xx, una reflexión sobre los claroscuros de la maternidad y el retrato de dos mujeres que, a lo largo de tres décadas, se atreverán a reivindicar su inteligencia y sus sueños.

Mis impresiones:

No voy a contar nada de la novela, nada en absoluto más allá de lo que dice la sinopsis. Solo voy a decir que me ha encantado. Me ha parecido que tiene un ritmo estupendo, que la historia te atrapa y te lleva en volandas y que el contarte la vida de María Montessori a través de otro personaje, Claudia, es todo un acierto.

Normalmente se me hacen pesadísimas las novelas en primera persona, pero no ha sido el caso de esta, al contrario.

Si queréis un libro bonito, entretenido, con ritmo, de esos que quieres tener un rato para leer, este es uno de ellos.

Palabra.

sábado, 25 de junio de 2022

LOS INGRATOS DE PEDRO SIMÓN




No debería escribir esto ahora, porque acabo de terminar la novela y las emociones están a flor de piel. Debería dejar que reposen, darles al menos un par de días para que se serene el ánimo y, entonces, sentarme y escribir.

Pero no quiero resistirme.

Muchas veces nos preguntamos si los premios literarios están bien dados, si son producto del marketing o de las conveniencias editoriales o de verdad se los dan a una novela de esas que dejan huella en quienes las leen. Dan un poco de miedo según va el mundo, así que nunca me acerco a uno hasta que no me cuenta la gente en la que confío.

Por eso sabía que todo iría bien con esta novela.

Lo que no sabía, porque no me había molestado en leer la sinopsis, era que es uno de esos textos que te arañan mientras estás dentro de ellos. Que te ponen en la piel de quien la cuenta, y no solo porque -se nota mucho- haya jugado con las mismas cartas que Delibes en Cinco horas con Mario, sino porque hay muchas, muchas frases en esta novela aplicables a una vida, la mía, que ya va por la segunda mitad, o más.

Los ingratos no cuenta una historia lineal de un único narrador, hace lo mismo que los grandes autores de los sesenta, experimenta, se deja llevar, mezcla todo: narradores, tiempos verbales, línea temporal, espacios... Tira de recuerdos que nos pertenecen un poco a los que fuimos niños en los ochenta y, hasta en la escasísima incursión que la novela hace en el presente te puedes encontrar (esa reflexión sobre las mujeres urbanas y las rurales, en mi caso).

David es Currito para Eme y en mi cabeza eran un poco Alex y Mariángeles. Mi hijo y la mujer que lo cuidó para que yo pudiera dar clase. Cuando nos marchamos de ese pueblo, estuvimos un tiempo volviendo. Ella le enseñó, le cuidó, le dio todo el amor que se puede dar a un niño que no es tuyo, pero al que quieres con pasión. Sin dramas ni tragedias, solo con las sencillez de ser ella misma. Esas visitas se fueron espaciando, volviéndose pocas, quedándose al final en nada. No hay casi ni mensajes porque hay prisas y dos vidas que se bifurcaron. Una de ellas, con demasiadas ocupaciones, demasiados frentes abiertos. Otra, que está en esa edad.... Esta novela me ha recordado que hay muchas visitas y muchas llamadas pendientes.

Siempre digo que la mitad de un libro lo componen las palabras del autor, pero la otra la pone el lector. Es eso que siente al leerlo y que es tan único que a veces parece otra novela distinta a la que nosotros diseñamos. Es eso que nuestras palabras le dejan o que le quitan. Este libro me ha dejado un nudo en el pecho y las ganas de decirle a Alex que lo lea. Que no espere a quedarse calvo. Que no aplace más visitas.

El lenguaje de la novela es delicioso. Ni siquiera resultan molestas las constantes repeticiones de datos, porque desde el principio las he sentido como ese recuerdo de Delibes y como parte de la admiración del autor por él. Creo que es imposible acercarse a Delibes y no acabar enamorado de todo lo que escribe e intentar que algo se nos pegue... aunque sea imposible hasta intentar imitar su voz.

El pueblo, la infancia, la tierra... los niños que crecimos como David nos vemos en un espejo literario en el que a ratos asusta un poco mirarse, sobre todo por lo lejos que queda todo eso ya.

No sé qué más decir de Los ingratos. Que el título es perfecto, tal vez que me ha dejado sin palabras.

Se me ocurre algo. En mi labor próxima de jurado de novela (en unos meses estaré en ello)  quiero encontrarme con algo así para no tener ninguna duda de por cuál decantarme. Porque aunque no haya hecho en esta reseña un informe exhaustivo o no me haya entretenido en hablar de los personajes -para eso está leer, para descubrirlos- si tengo estas certezas: la de una técnica exquisita, la de una historia sencilla pero llena de matices, los detalles, la ambientación, el sabor y los olores...

Solo puedo decir una cosa...

Leedla.

Aunque yo no la he leído...

Ya, ya sé que es raro que ahora, después del rollo que he soltado, diga que no la he leído. Entonces... es que la he escuchado.

Y ahora viene la otra historia, la que va a estar siempre ligada a esta novela para mí. Esa que nunca se te olvida como no se me ha olvidado que el kindle lo estrené hace ya una década con Orgullo y prejuicio.

Hace un par de meses, operaron a mi madre de cataratas. La operación fue bien, pero solo fue un ojo. Ahora mismo, con ese ve muchísimo mejor, pero el otro aún no está listo para operar, así que no hemos mejorado tanto. Tiene que cambiarle los cristales a sus gafas progresivas y está haciendo pereza para que no sean un cagarrio (ya le pasó una vez, que compró unas "baratas" y las tuvo que cambiar al poco) se tiene que gastar casi un mes de pensión de viudedad. 

Después de la operación, le empezó a dar guerra la espalda. Seis vértebras aplastadas que durante un tiempo han hecho que su tensión se fuera por las nubes debido a los dolores y que le mandó el ánimo al  suelo. Ha pasado más de un mes en un estado de apatía total en el que ha perdido varios kilos y en los que apenas ha podido leer, que es su pasión y su compañía. Por eso, ayer le conseguí un teléfono nuevo con más memoria que el viejo que tenía y le descargué Audible con mi cuenta de Amazon.

Como se puede compartir, yo también lo descargué en el mío.

Los ingratos ha sido mi primera audionovela de la suscripción y no he podido empezar con mejor pie.

A mi madre no voy a dejarle que la escuche ahora. Lo siento, Pedro, si lees esto, pero está blandita, se siente sola porque no vivo cerca y no quiero que se me desmorone ahora que empieza a reconstruirse. Si la veo mejor en un tiempo, entonces sí, entonces seré yo misma quien busque la novela y le ponga los cascos para que la escuche.

Solo tengo un pero al texto, uno minúsculo, seguro que es un despiste, pero que a mí, durante un rato, me ha sacado de la historia y me ha obligado a retroceder y a hacer una búsqueda para asegurarme que mi memoria está bien. Tiene que ver con  haber vivido ese tiempo que narra la novela. Las primeras elecciones democráticas en España no fueron en domingo, las tres primeras se hicieron en días de diario. Nos encantaba que hubiera elecciones, porque no había colegio, aunque eso se acabó muy prontito. Pero, salvo ese detalle, lo demás me ha parecido perfecto.

«Nos rezaban que cuatro esquinitas tenía mi cama y que cuatro angelitos nos la guardaban, pero mi cama por lo menos tenía cinco. Y uno de ellos era una señora de campo que pinchaba cuando te daba un beso».

1975. A un pueblo de esa España que empieza a vaciarse llega la nueva maestra con sus hijos. El más pequeño es David. La vida del niño consiste en ir a la era, desollarse las rodillas, asomarse a un pozo sin brocal y viajar cerrando los ojos en el ultramarinos. Hasta que llega una cuidadora a casa y sus vidas cambiarán para siempre. De Emérita, David aprenderá todo lo que hay que saber sobre las cicatrices del cuerpo y las heridas del alma. Gracias al chico, ella recuperará algo que creyó haber perdido hace mucho.
Los ingratos es una emocionante novela sobre una generación que vivió en aquella España donde se viajaba sin cinturones de seguridad en un Simca y la comida no se tiraba porque no hacía tanto que se había pasado hambre. Un homenaje, entre la ternura y la culpa, a quienes nos acompañaron hasta aquí sin pedir nada a cambio.

Puedes encontrar la novela en este enlace en ebook, aquí en papel y en este otro en audiolibro.

No te vas a arrepentir, pero no te puedo asegurar el que no acabes llorando.

lunes, 26 de julio de 2021

UN HOMBRE PARA UN DESTINO DE VI KEELAND Y PENELOPE WARD

 



Sinopsis:

"Todo empezó con un vestido…"

Cuando entré en aquella tienda de segunda mano, allí estaba: el vestido perfecto, con plumas y… una misteriosa nota de un tal Reed Eastwood.

Parecía el hombre más romántico del mundo, pero nada más lejos de la realidad.

Es arrogante y cínico, y ahora, además, es mi jefe.

Necesito descubrir la verdad tras esa preciosa nota y nada me detendrá.


Mis impresiones:

Descargué esta novela, que se aleja bastante de lo que suelo leer, porque alguien en quien confío me la recomendó. Decía que se leía fenomenal, y como yo estos días solo quiero leer sin complicarme la vida, le hice caso.

Empezamos mal. 

Me cuestan las novelas en primera persona, necesito que contengan una historia lo suficientemente atractiva como para no cansarme de ellas a las pocas páginas. A pesar de ese inconveniente de entrada, la novela empezó a interesarme y poco a poco fui entrando en la trama por un detalle: el sentido del humor. Charlotte, la protagonista, tiene una personalidad muy interesante. Es capaz de hacer muchas tonterías, la primera la encuentras ya en el arranque de la novela cuando, movida por una nota que encuentra prendida a un vestido de segunda mano, se pone a investigar. ¿Quién habrá escrito algo tan bonito? ¿Cómo será la receptora de su mensaje?

Ni corta ni perezosa, acude a una de las fuentes más rápidas de estos momentos: las redes sociales.

En ellas encuentra a Reed y, para conocerlo, no se le ocurre otra tontería que apuntarse en una web para que le enseñe una casa valorada en 12 millones de dólares.

Ella, que no tiene ni trabajo porque lo ha perdido.

El cuestionario para ver la casa lo rellena después de haber bebido de más y me moría de risa con las tonterías que puso. Entonces, si puso tantas tonterías, ¿por qué una empresa prestigiosa que investiga a todos sus clientes para no perder el tiempo, aceptan enseñarle la casa? Pues porque Reed quiere saber precisamente eso, quién es la osada que ha intentado tomarles el pelo.

La verdad es que el encuentro entre ambos personajes no augura nada bueno. La imagen que se ha hecho Charlotte de Reeds se viene abajo, por mucho que le siga pareciendo un hombre impresionante. Se va de allí avergonzada y triste, y se encierra en un baño a llorar. Por gilipollas. Porque se da cuenta de que ha hecho una de esas cosas que puede hacer cualquiera cuando está dolido. Charlotte lo está, su novio la dejó con el vestido de novia comprado y, desde entonces, no da una.

En ese baño, sin embargo, le cambiará la vida. Una mujer mayor, Iris, está al otro lado de la puerta. Cuando sale, Charlotte, que como digo no está bien, le acaba contando su vida y lo que le ha pasado con Reed. Esta señora le ofrece un empleo que no solo la hará estar en contacto con él, sino que va a cambiar la vida de los dos.

Pensé que sería una novela repleta de escenas sexuales, que me iría saltando porque hace mucho que me resultan todas muy parecidas. Me equivoqué, hay tensión sexual entre los personajes, pero las autoras, porque son dos, no se recrean en lo fácil. Hacen que conozca a los personajes y los motivos por los que ambos actúan como actúan. Y hacen que poco a poco los vayas queriendo. A Charlotte, porque es espontánea, divertida, lista... A Reed porque, cuando sabes lo que le pasa, puedes llegar a entender por qué actúa así.

Y que necesita ayuda.

La novela tiene de fondo una enfermedad degenerativa, y deja a la vista algo maravilloso que tiene la novela romántica: se puede tratar cualquier tema siempre que se ponga el foco en lo que es lo importante, la trama romántica. Y se puede hacer con mucha dignidad, sin dramones, como es el caso de esta novela.

Estoy teniendo mucha suerte, llevo tres novelas seguidas que me han gustado.

A ver lo que empiece hoy.




jueves, 18 de mayo de 2017

EL BAILE DE LAS LUCIÉRNAGAS DE KRISTIN HANNAH



Sinopsis:

En el caluroso verano de 1974, Kate Mularkey ha decido aceptar su papel de cero a la izquierda en la vida social de su instituto. Hasta que, para su sorpresa, «la chica más guay del mundo» se muda al otro lado de su calle y quiere ser su amiga. Tully Hart parece tenerlo todo: belleza, inteligencia y ambición. No pueden ser más distintas. Kate, destinada a pasar inadvertida, con una familia cariñosa pero que la avergüenza a cada momento, y Tully, envuelta en glamour y misterio aunque poseedora de un secreto que la está destrozando. Contra todo pronóstico, se hacen inseparables y sellan un pacto para ser mejores amigas para siempre.

Durante 30 años se ayudarán mutuamente para mantenerse a flote esquivando las tormentas que amenazan su relación: celos, enfados, dolor, resentimiento... Y creerán que han sobrevivido a todo hasta que una traición las separe... y someta su valor y su amistad a la prueba más dura.


Mis impresiones:

No voy a resumir el libro, no me apetece, solo quiero soltar la angustia, el nudo en la garganta y las lágrimas que me ha hecho derramar el puñetero libro. Soltar lo que he pensado, no lo que probablemente sería un análisis serio y profesional de la novela.

He llorado.

De rabia, de impotencia, de angustia... y casi nada tenía que ver con lo que la autora me contaba ni con cómo me lo contaba.

El baile de las luciérnagas es uno de esos libros que tienen la particularidad de sacarte de vez en cuando de la historia y llevarte a la tuya. No ha sido solo el tramo final, ese diario que escribe Kate que me recordó a los momentos en los que mi padre y yo escribimos La arena del reloj. Ha sido un poco en general. Porque, por alguna razón desconocida, he sido capaz de ser un poco Tully a ratos. Y ha habido otros que me he sentido igual que Kate.

Es un libro donde la empatía se ha sentado a leer a mi lado y a veces me ha jugado alguna mala pasada.

La historia de este libro es sencilla: un narrador omnisciente en tercera persona hace un repaso de la amistad entre Tully y Kate, desde que eran niñas hasta su madurez, partiendo del verano de 1974 que es cuando se conocen. Mientras Tully es obstinada y ambiciosa, y tiene unas carencias afectivas severas desde la infancia, Kate es todo lo contrario: serena, familiar, con sueños normales, como los de todo el mundo. Enamorarse. Tener hijos. Amar. Tener una casa que sea su refugio y un marido que la quiera. Tully, en cambio, quiere ser la mejor periodista del mundo y hará lo que sea por conseguirlo, pero sin quitarse la coraza porque, cada vez que se la afloja, algo se cuela y le hace mucho daño.

Algo que suele tener que ver con Nube, su madre.

Lo que más me ha gustado es cómo, dos personajes tan diferentes, empastan tan bien, se completan de un modo tan magnífico. Lo que tiene una le falta a la otra y justo por eso, porque en realidad no se parecen, es por lo que su amistad sobrevive tres décadas. La autora cuida todos los detalles, incluso las viste como sus vidas: a Tully de marca y a Kate deprisa, gris, sin estilo. Me ha encantado encontrar este detalle, que dice muchas cosas buenas de Kristin Hannah.

No se dónde, leí que es imposible una amistad como la que se retrata en el libro. Yo creo que es posible porque no es una amistad típica. En realidad, son más como hermanas adoptivas, y los que hayáis leído la historia sabréis por qué lo digo. En la amistad muchos errores no se perdonan, simplemente las cosas se dejan correr hasta que se mueren, pero cuando la persona es tu familia, al final cedemos. ¿Quién no se enfada con sus padres y después se le pasa sin que apenas recuerde hasta por qué se enfadó?

No está escrita con un lenguaje brillante, pero sí efectivo. Esto lo quiero dejar muy claro, porque a veces leo cosas en algunas reseñas que me descolocan. En toda la novela solo he encontrado un par de párrafos en los que el lenguaje se complica y se vuelve poético, pero justo después el narrador habla de los intentos de Kate por escribir una novela. En realidad juega a mostrar y no mostrar lo que quizá ella podría estar escribiendo en ese momento, pero no es el registro que usa en la novela, que está escrita, sobre todo, para que el lector disfrute de la historia. Sin aspavientos. Sin tonterías.

Digo que quiero dejar claro que está escrito de manera sencilla porque parece que escribir sencillo es un pecado, que conseguir que el lector se sienta a gusto entre las frases y estas fluyan sin tropiezos por delante de sus ojos, sobre todo porque la sintaxis carece de trampas que la ralenticen, está mal. Que es de gente facilona al escribir, cuando yo considero que es todo lo contrario, que para llegar a esto hay que haber trabajado muchísimo más que para abrumar con adjetivos y sobrecargar los textos.

Que hay que haber vivido y madurado bastante.

No hay frases preciosas ni ideas grandilocuentes, solo alguna certera; no hay más magia en la historia que ver pasar la vida con sus luces y sus sombras, sin idealizar nada. Porque puede que Tully haya conseguido éxito y dinero, pero no todo es tan bonito. Le falta la familia de Kate, el amor, pero a Kate también le falta tiempo para poder cumplir sus sueños y la admiración de su hija Marha, que se la lleva casi en exclusiva Tully. Y a esta le falta Johnny, el marido de Kate, que representa para ella la estabilidad emocional que nunca ha sido capaz de alcanzar.

[Ahora viene toda la parte de la reseña que he borrado, porque la escribí pensando en una de mis novelas y no en esta, y la verdad, ni esa novela está (y creo que no estará nunca) publicada, ni procede.]

Hay muchas cosas por las que creo que merece la pena leer esta novela. Si tienes una edad próxima a las protagonistas (nacieron en el 60), quizá te suene la música, recuerdes series de la tele, sonrías al evocar elementos que forman parte del imaginario de la época. Si eres más joven, la verdad es que toca universales: el amor, la amistad, el camino de la vida... cosas por las que todos pasamos, hemos pasado o pasaremos.

Y emociona.

Y eso, emocionar, no está al alcance de mucha gente. Emocionar sin dramatizar, emocionar con lo chiquitito.

Kristin Hannah lo consigue.

Supongo que tocará hacerse con El ruiseñor.

Muchas gracias a María José, que me regaló este libro el 23 de abril. Llevabas razón, es un buen libro para regalarle a una amiga.

lunes, 11 de enero de 2016

EL NOMBRE OCULTO DE CASANDRA DE PEPA FRAILE




Sinopsis:

¿Serías capaz de alejarte de los prejuicios que te han acompañado a lo largo de tu vida? ¿Crees que todo lo que sucede forma parte del destino? ¿Podrías dejar de ser quien eres? 
Jimena, una mujer de mediana edad que vive para su trabajo y sus aburridas costumbres, está a punto de materializar una de las fantasías que jamás se habría atrevido a imaginar: Tiene una cita muy especial con un joven que la marcará para siempre. 
La empresa en la que trabaja desde hace años, la ha relegado temporalmente a la planta inferior del edificio para realizar la tediosa tarea de revisar y clasificar antiguos documentos que la organización comercializa para fines cinematográficos. Allí, de manera fortuita, descubre la existencia de un manuscrito oculto durante décadas, que nunca llegó a su destinatario y cuyo mensaje tratará de descifrar junto a su nuevo acompañante. 
Ella no lo ha elegido pero su vida y su destino, a partir de entonces, se convierten en una carrera contrarreloj de la que, junto a su joven amante, resultará difícil escapar. 
La historia transcurre entre dos ciudades, Barcelona y Girona, conectadas entre sí a través de una trama en la que nada parece lo que es y que ninguno de sus protagonistas hubiera deseado descubrir jamás.

Mis impresiones:

Hacía tiempo que quería leer a Pepa Fraile, pero por una cosa o por otra me iba olvidando, tanto que el otro día, cuando puso gratis esta novela en Amazon, fui a descargarla y me dije que ya era el momento de leerla. Reconozco que al principio me cabreé con la página, puesto que no me dejaba descargar el libro y eso era algo que no me había sucedido. Estuve dándole vueltas a la ficha de la novela hasta que descubrí la razón: ya la tenía.

Esa soy yo.

Convencida por este detalle de que ya era hora, que era quizá una señal de que el tiempo de espera había terminado, comencé a leer.

Al principio de la novela conocemos a Jimena. Es una mujer sola de alrededor de cuarenta años, que vive una vida más que anodina. Sus relaciones personales son nulas y un día, chateando por internet, conoce a un muchacho, Asier, veinte años más joven que ella. Entre los dos surge una conexión especial y, llegado el momento, quedan para conocerse. Jimena se siente insegura, tiene edad de ser su madre y no está segura de que la decisión que ha tomado sea muy buena idea, pero en cuanto ve al muchacho siente que ha merecido la pena. Animada por unas copas de vino, a las que recurre para armarse de valor, acaba en un hotel con él, donde descubre, entre alarmada y fascinada, que lleva toda la vida perdiendo el tiempo.

Por otro lado, la autora nos lleva de la mano al trabajo de Jimena. Desde hace unos meses ha sido destinada al sótano del trabajo, para recabar información para un documental sobre la Guerra Civil. Su destierro es aburrido, hasta que un día descubre un manuscrito con el que se verá envuelta en una fascinante aventura, en la que descubre que ninguna de las personas que conoce es quien ella cree, incluido el jovencito del que poco a poco se ha ido enamorando.

A partir de ahí, todo cambia. Una fiesta organizada por el jefe máximo de su empresa será la llave a un mundo desconocido y peligroso en el que ella juega un papel que jamás habría podido imaginar.

Me ha gustado esta mezcla de historia personal y de aventuras, de secretos familiares que iremos descubriendo a lo largo de la trama. Se lee muy bien, con un lenguaje sencillo y una narración en primera persona de la mano de Jimena.

¿Te animas a descubrir quién se esconde tras el nombre de Casandra?

sábado, 27 de diciembre de 2014

LA CIUDAD DE LOS OJOS GRISES DE FÉLIX G. MODROÑO.



Sinopsis:

Tras varios años viviendo en París, Alfredo Gastiasoro regresa a Bilbao cuando se entera de que Izarbe ha muerto. Su retorno pretende ser el último homenaje a la mujer que amó, pero pronto se convertirá en una pesquisa sobre las inquietantes circunstancias que rodearon su muerte. Alfredo tendrá que enfrentarse a su propio pasado, reviviendo una historia de amor que coincide con la época en que Bilbao pasa de ser una población casi rural a convertirse en una de las ciudades más prósperas del Viejo Continente. Magníficamente ambientada en los primeros años del siglo XX, y a medio camino entre novela negra, el género histórico, el relato sentimental y hasta el de viajes, La ciudad de los ojos grises es, sobre todo, una bella historia de suspense y nostalgia, de amor por una mujer y una ciudad.

Mis impresiones:

Llevaba mucho tiempo saltándome la primera parte de las reseñas de La ciudad de los ojos grises, la que analiza la novela, y leyendo solo las impresiones finales porque quería llegar al libro sin saber apenas nada de la trama. Me ha costado porque esta es una novela que han leído en casi todos los blogs que frecuento, pero de ella solo sabía que no me iba a defraudar.

Así, sin muchas pistas (quizá la sinopsis leída hace años), enfrenté las 400 páginas de esta novela de Félix G. Modroño.

La novela arranca en París, donde reside el protagonista, Alfredo Gastiasoro, un arquitecto bilbaino, al principio de la primera Guerra Mundial. La Nochebuena de 1914, conoce la muerte de Izarbe a través del periódico y decide regresar a Bilbao para despedirse. Ella, desde hace muchos años, es su cuñada aunque para Alfredo es mucho más que eso: es la mujer de la que lleva enamorado desde que era un adolescente. Este sencillo punto de partida es el inicio de una novela llena de secretos que se irán desvelando frente a nuestros ojos. Alfredo, junto a su amigo de la infancia, Fernando Zumalde, que trabaja en la Guardia Municipal de la ciudad, inicia una investigación que le han prohibido al segundo. Ninguno cree la versión oficial que dice que Izarbe murió de manera accidental, al caerse a la ría.

A partir de ahí, y en un tono pausado siempre, sin grandes sobresaltos, el autor nos lleva de la mano por Bilbao, una ciudad que a principios del siglo XX está siendo transformada por la Revolución Industrial, dejando de lado lo que fue para convertirse en una de las ciudades más importantes de España por obra y gracia del progreso. Alfredo, el protagonista, hace dos años que no pisa sus calles y serán sus ojos los que más se sorprendan de todos los cambios que están acabando con los rincones que ambientaban sus recuerdos de infancia. Es eso, quizá, la excelente descripción de la ciudad, de sus calles, sus edificios, sus lugares emblemáticos de la época, lo que primero atrapa de la novela. Pero no se olvida en este recorrido de las personas, de mostrarnos las distintas clases sociales y las tremendas diferencias entre ellas. Otro de los atractivos de este libro es la presencia de personajes reales que el autor ha sabido insertar en la narración como secundarios o como parte del paisaje de la ciudad, de modo que terminan de dar color a este cuadro que nos muestra. Así aparecerán María de Maeztu, Miguel de Unamuno, Mata Hari o Indalecio Prieto, entre otros.

La trama alterna momentos en los que la narración avanza y otros en los que toman protagonismo los recuerdos de Alfredo. Con este recurso narrativo podemos conocer a Izarbe, a pesar de que sabemos de su muerte desde las primeras páginas de la novela. Así también vamos descubriendo el pasado que va poniendo luz al presente, se van desvelando secretos guardados con celo durante décadas y otros más recientes.

Como cuesta contar sin contar...

Alfredo es el protagonista de la novela, en torno al que giran todas las historias. Es un hombre atractivo, sin problemas para tener a las mujeres que quiera, pero que no ha logrado encauzar su vida porque jamás ha salido de sus pensamientos Izarbe, el otro eje conductor de esta novela. Es una joven adelantada para su tiempo, que sufre por las injusticias sociales y trata por todos los medios de ayudar a los más desfavorecidos. En un tiempo en el que la voz de las mujeres no se tenía en cuenta, Izarbe alza la suya sin importarle las consecuencias. El triángulo acaba en Javier, el hermano de Alfredo. Es quien finalmente acabó casándose con ella, pero es perfectamente consciente de que Izarbe no le ama como correspondería.

El título me parece muy acertado. Hace alusión al gris de los ojos de Izarbe, pero también a esa atmósfera gris que envuelve a Bilbao.

Me ha encantado cómo escribe Félix G. Modroño y he sentido evolucionar su forma de narrar a través de la novela. Mi sensación es que el autor maduraba a medida que avanzaba; la narración pasa de ser más descriptiva al principio a mucho más poética y emotiva al final de la novela. Pasaban las páginas y cada vez me envolvía mucho más, personalizando la narrativa y dejando que se escuche la voz particular del autor. Es algo que muy poca gente consigue.

Os recomiendo la novela, tiene su parte histórica, aquella que centra en Bilbao y todo su protagonismo; su parte romántica, la historia de amor entre Alfredo e Izarbe y su parte de misterio, en torno al asesinato de la mujer de los ojos grises.

Ya tengo Secretos del Arenal, la novela con la que el autor ha ganado el premio Ateneo de Sevilla, y estoy segura de que la leeré también y acabaré recomendándola.

martes, 11 de septiembre de 2012

LA SENDA TRAZADA, DE PEDRO DE PAZ




Título: La senda trazada.
Autor: Pedro de Paz.
Editorial: Algaida
ISBN: 9788498776751
XX Premio de Novela Luis Berenguer.

Sinopsis (extraída de ANAYA):

Alfonso Heredia es un periodista gráfico que atraviesa una mala racha económica y personal. Casi de casualidad llega a sus manos un viejo libro con extrañas sentencias en caracteres góticos, y cuando lee en el periódico el fallecimiento del Papa, cae en la cuenta de que el texto revelaba las circunstancias de la muerte del Santo Padre. Al examinar el libro con más atención descubre que se trata de un escalofriante obituario sobre personajes de toda condición y nacionalidad, predicciones de muertes que todavía no han ocurrido. Pronto le asaltará la duda de si utilizar con fines filantrópicos o egoístas ese sorprendente conocimiento, que muchos desearían poseer a cualquier precio… En La senda trazada Pedro de Paz hilvana una trepidante trama, a medio camino entre el relato de intriga y la novela fantástica, donde el lector pronto empieza a preguntarse qué haría él mismo si estuviera en el lugar del protagonista.

Mi opinión:

El verano pasado cayó en mis manos el primer libro que leí de Pedro de Paz, El documento Saldaña, cuya reseña podéis leer aquí. Fue la casualidad la que me llevó hasta él, curioseando por la estantería repleta de libros de la biblioteca de mi madre y finalmente me encontré con una novela que me enganchó, que leí casi del tirón bajo la atenta mirada de las ardillas del parque de las piscinas. Me gustó cómo escribe Pedro y me dije que leería más libros suyos en cuanto se presentase la ocasión.

Cuando tuve noticia de la publicación de La senda trazada se fueron encadenando circunstancias que me apartaban de conseguir el libro (una librería que acababa de poner el cartel de cerrado, un encargo que jamás llegaba, el día que la tenía en mis manos mi monedero tenía telarañas…) pero supongo que todo tiene un por qué, y quizá era que mi libro tenía que ser especial. Lo fue, por supuesto. En una de las primeras páginas, bajo el título y el nombre del autor, unas palabras manuscritas (lo siento, son mías, no las comparto) me recordarán siempre que lo compré en la Feria del Libro de Madrid y que quien lo puso en mis manos fue su propio autor.

No había leído la sinopsis hasta que decidí abordar su lectura. Me daba lo mismo, me fiaba de las sensaciones que tenía guardadas en la memoria desde hacía un año e intuía que a poco que se pareciera el estilo de escritura lo iba a disfrutar. Siempre valoro mucho más el cómo me cuentan una historia que la propia historia. Bueno, pues no sólo me ha gustado sino que incluso me ha gustado más que el anterior. La senda trazada aborda un dilema ético: ¿serías capaz de impedir una muerte si la conocieras de antemano? ¿Y si el hecho de no impedirlo te reportase beneficios? El protagonista, Alfonso Heredia, acuciado por las deudas y por uno de sus acreedores, acaba refugiado en una librería de viejo del centro de Madrid. Allí se entretiene mirando ejemplares hasta que pase el peligro. En ese tiempo, un extraño libro cae en sus manos. Es un manuscrito sin título, encuadernado en cuero negro, con unas curiosas inscripciones doradas y que contiene crípticas sentencias. Alfonso acaba gastando en él sus últimos diez euros. El librero, un hombre extraño, de cabello blanco y edad infinita, parece complacido porque se lo lleve. Alfonso no sabe que acaba de cambiar su vida para siempre.

La novela, organizada en capítulos y narrada en tercera persona por un narrador omnisciente sigue los pasos del protagonista y la influencia que va ejerciendo el manuscrito en su comportamiento. Hay un buen equilibrio entre los diálogos (fluidos y creíbles) y la parte descriptiva, que se inserta en párrafos no demasiado extensos pero muy hermosos. Al final de cada capítulo siempre termina con una o dos frases que constituyen un párrafo completo. Cierran el discurso y actúan como gancho para que el lector sienta la necesidad de continuar.

Al principio de la novela Alfonso Heredia tiene una relación con Luisa, una artista que se está abriendo paso. No están en su mejor momento y Luisa, pretendiendo que con su gesto Alfonso reaccione y empiece a encauzar su vida, le abandona. No es desamor, es cansancio pero el protagonista no será capaz de darse cuenta a tiempo. Como tampoco se dará cuenta del tremendo poder que ejerce sobre él ese manuscrito.

El libro reflexiona sobre si realmente el destino está escrito o si somos nosotros los que cada día vamos trazando el rumbo, la senda por la que transitamos. Todo ello ensartado en una historia ágil que te lleva de la mano hasta el final. Pero no se queda en eso. Alfonso es un fotógrafo, un paparazzi de los que obtienen su sustento espiando para los demás la vida de los famosos, y es ahí donde el autor refleja su opinión sobre este oficio, lo mucho que ha cambiado en poco tiempo, lo que la sociedad ha acabado pervirtiendo una profesión que no hace tanto era bastante digna.

Una de las curiosidades de la novela (intuyo que hay más escondidas que no he sido capaz de detectar porque no conozco a Pedro y su mundo) es la alusión a Rodrigo Saldaña, autor del documento que daba título a la otra novela que leí y al que atribuye la anterior posesión del libro hasta que llegó a la biblioteca y la descripción que el autor hace de sí mismo en un momento del principio de la novela. Se define como: "novelista de larga cabellera veteada por las canas, barba pulcramente recortada, expresión de macarra de barrio y aspecto de palmero de Utrera, recién salido de un festival flamenco". Eso ha sido fácil. Si no, juzgad vosotros en esta foto que he tomado prestada de su web.



¿Alguna vez habéis pensado en el destino?

¿Os acomodáis a lo que la vida os dé o lucháis por cambiar las cosas? 

¿Alguna vez habéis trazado mal vuestra senda?

Este libro fue premiado en la XX edición del premio de Novela Luis Berenguer-