Nunca sabemos qué cosas de las que hacemos nos cambiarán la vida. A veces, los pasos firmes, planeados con esmero, se desinflan tras el primer soplo y otros, unos que ni siquiera te planteas que signifiquen algo, lo cambian todo.
Hace ocho años di un paso sin pensar. Me inventé, en una tarde aburrida de fin de semana, un espejo en el que mirarme de vez en cuando. Un rinconcito íntimo en el que podría conversar conmigo misma, puesto que tampoco sabía, en ese momento, que podría hacerlo con alguien más.
Ese espejo, con el tiempo, fue reflejando solo una parte, la que tiene que ver con mi pasión por la lectura. Un día, además, comencé a hablar de la otra gran pasión: escribir. Y otro, más inconsciente aún, se me ocurrió que podría probarme a mí misma, ver si era capaz de conseguir publicar una novela, una historia salida de mi imaginación y documentar el proceso para que no se me olvidase, tanto si lo conseguía como si no.
Esos tres puntos son los que articulan este modesto blog, que sigue activo por una razón: me ayuda a ser el registro de lo que voy viviendo, de los líos en los que me acaba metiendo esta mente inquieta y experimentadora que tengo. Siguiendo las entradas reconstruyo los pasos que he dado, revivo los libros que he leído, incluso sé, aunque nunca haya dejado constancia del título, los que me han decepcionado. Sé quién fui y quién he acabado siendo, veo cómo en algunos momentos he perdido la inocencia, pero siguen persistiendo esas ganas inmensas por dar un paso más, por probar.
Y si me estrello, mala suerte.
Y si acierto, sonrío.
Debería celebrar estos ocho años haciendo algo especial, pero la verdad es que se me había olvidado que era hoy y no he pensado en nada. De cara a mí misma, quiero hacerme una promesa: si la vida no me pone ningún obstáculo, estar aquí dentro de 365 días.
Un espejo en el que aparecemos las despistadas. Me encanta mirarme en él, siempre me favorece.
ResponderEliminarMuchas gracias, Mercedes. Es un honor que lo atravieses.
ResponderEliminarCómo me gusta tu espejo.
ResponderEliminarEspero seguir aquí, contigo, dentro de 365 días. :)
Me gusta este espejo porque tiene algo que lo hace único: al acercarte a él, no te devuelve tu propia imagen, sino la de alguien muy especial.
ResponderEliminarFelicidades y que sean muchos más.
Un beso!
Yo también lo espero, Almudena, la buena gente siempre es bien recibida.
ResponderEliminarPilar, este espejo es un poco tramposillo, y bastante mágico (aunque no llega al de la madrastra de Blancanieves). Estaré con él mientras me queden fuerzas.
ResponderEliminarEnhorabuena por estos ocho años, seguro que vendrán muchos más y podrás seguir mirando por él con el orgullo con que lo haces ahora. Me alegra haber encontrado tu espejo por casualidad, pero más me alegro de haberme quedado ^^
ResponderEliminarSaludos.
PD: esta entrada ya es algo especial ;)
Felicidades por el aniversario, y sí, las cosas más importantes siempre se inician haciendo algo que no la tiene. Caprichosa que es la vida.
ResponderEliminarEnhorabuena por esos ocho años. No son pocos y fíjate si han dado de sí.
ResponderEliminarBesos
Felicidades por esos ocho años de crecimiento imparable y llenos de éxitos :D
ResponderEliminarY yo me alegro de que te quedases, R., y de haber encontrado el tuyo. Eres igual de experimentadora que yo.
ResponderEliminarAlgunos caprichos de la vida están bien, ¿no crees, Roberto?
ResponderEliminarMaría Ángeles, ni por lo más remoto se me ocurrió ese día todo lo que iba a pasar en estos ocho años. La mayoría, muy, muy bueno.
ResponderEliminarDácil, no me olvido de que este blog y el tuyo nos pusieron en contacto. Solo eso ya sería para sentir que ha sido especial.
ResponderEliminar¿¿¿8 años???
ResponderEliminarQué pasada, qué paciencia, eso es un relación de noviazgo en toda regla. Por mi parte, aquí seguiré leyendo lo que fuiste, lo que eres y lo que puede que termines siendo.
Un abrazo, y enhorabuena!
Besotes
A mí también me parece una pasada, Esther, sobre todo que no me haya cansado. Ha tenido sus épocas de más y menos, pero siempre vuelvo a él.
ResponderEliminar¡Ocho años! Se pasan volando. Pues nada, aquí estarás el año que viene y aquí estaremos nosotros para leerte. Un gustazo acompañarte parte del camino. Besotes!!
ResponderEliminarY yo de tenerte tan cerca, Mónica! Y felicidades desde aquí, sé que esa novela que nos presentarás en breve va a ser un éxito.
ResponderEliminarFelicidades por esos ocho años! Un placer siempre leerte y por aquí seguiré pasando todo este año. Que dentro de 365 días, seguiré estando aquí para felicitarte.
ResponderEliminarBesotes!!!
Ocho años ya!! como pasa el tiempo... ¡Muchísimas felicidades! y espero que sigas cumpliendo muchos más y compartiéndolos con nosotros
ResponderEliminarBesos
Margari, siempre estás. No sabes cómo lo valoro.
ResponderEliminarTatty, si no te hubieras parado en este espejo, quizá me hubiera olvidado de él. Formas parte de esta aventura.
ResponderEliminarFeliz cumpleblog. Sin duda, todo un ejemplo de tesón como pocos quedan :) Biquiños!
ResponderEliminarY aquí seguiré. Con mis pausas, pero sin irme del todo. Esta es mi casa.
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