martes, 19 de abril de 2016

PAN DE LIMÓN CON SEMILLAS DE AMAPOLA (II)



Sigo con la lectura, aprendiendo cosas de los personajes de la novela, conociéndolos. Poco a poco, la autora los muestra ante mis ojos y descubro, en esta tercera parte de la novela leída, que me enfrento ante una historia familiar, contada por un narrador omnisciente.

La autora decide que a la primera que quiere poner ante mis ojos es a Marina. Encuentro en ella a una mujer comprometida, enamorada de Mathias, una mujer de 46 años que no ha perdido la capacidad de sorprenderse por sus propias emociones. Lo descubro en las primeras páginas, cuando se enfrenta a una situación que, como matrona, no ha vivido aún. Y también sorprendida por lo que es el detonante de esta historia, una herencia recibida de alguien que no conoce y que tiene que ir a recoger a Mallorca.

De ella, de su físico, conozco poco y lo prefiero. Solo me da tres datos breves, muy concretos y no lo hace nada más presentarla, sino a medida que avanza el relato. Me gusta eso, que me permita ir matizando al personaje a medida que leo. Lo mismo hace con Anna, con su hermana, de la que me muestra los mismos matices para contraponerlas y que, desde el principio, capte lo diferentes que son. Por dentro y por fuera.

Anna, al principio, es superficial. Preocupada por las apariencias y porque busca crear a su alrededor un mundo perfecto, de anuncio, pero que falla por todas partes. Anita, su hija, es la primera que no cumple con sus expectativas. Armando, su marido, tampoco.

Alrededor de ellas, en estos primeros pasos, van apareciendo otros personajes: Imelda, la asistenta; Laura, la amiga de Marina; Cuca, una amiga de Anna; Nestor, el padre de ambas.

Y, entre la narración, cartas. Notas. Carteles. Recetas... Me han dicho que en la versión kindle no se ven bien, pero yo tengo el libro.

Llegados a este punto recuerdo, de manera inevitable, un clásico: Como agua para chocolate, de Laura Esquivel, donde cada capítulo arrancaba, como en este, con una receta, pero en este libro, al menos de momento, todas son de pan.

Una curiosidad. Hice chapati. Después de leer la receta me entraron unas ganas tremendas de investigar qué era y de probar su sabor. Creo que necesito repetirla y mejorar mis habilidades culinarias. No estaba mal, pero tampoco creo que me saliera perfecto.

Sigo...

domingo, 17 de abril de 2016

PAN DE LIMÓN CON SEMILLAS DE AMAPOLA (I)






El otro día, en un blog que por desgracia no recuerdo, vi que hacían reseñas por partes, según avanzaba la lectura. (por favor, Marisa Sicilia, si lees esto dime cómo se llama que sé que tú sí lo sabes). Dejaban las sensaciones que el libro les iba produciendo fragmentadas y me pareció curioso, divertido y muy original.

Nota: Marisa ha venido y ha sido tan amable de dejarnos el enlace del blog: Porque leo lo que quiero

Me apunto la idea para este libro, doy las gracias a ese blog por la fantástica idea y comienzo, aunque al ritmo de lectura que llevo tenemos para rato. No por el libro, sino porque este fin de semana lo he dedicado a salir y no a leer, y no he avanzado nada desde el viernes.

He elegido un libro: Pan de limón con semillas de Amapola, de Cristina Campos.




Lo he elegido tal y como empiezo esta reseña, sin leer la sinopsis, sin saber ni una sola palabra de él. Soy socia de Círculo de Lectores desde... desde siempre, y desde siempre compro muchos de los libros que tengo en papel por este medio. Antes era genial, porque me tenía que pelear conmigo misma para decidirme por uno. En Círculo estaban muy atentos a las novedades editoriales, pero desde que trabajan solo con una... la decisión ha mutado.

Muchas veces no me apetece nada.

Miro la revista y paso por encima de casi todo. Tanto, que cuando la agente me llama para ver qué quiero, acabo diciendo el primero que se me ocurre. Y no siempre acierto, la verdad, el libro anterior que pedí (y que leí, porque encima me costó una pasta) fue una auténtica tortura lectora para mí.

Este mes la llamada me pilló tan a contrapié como siempre, así que tomé una decisión racional, lógica y, por supuesto, muy poco arriesgada para elegir uno: abrir la revista y por la página que cayera. Total, peor que el anterior iba a ser difícil, así que...

Abrí por la página donde estaba esta novela, la primera de Cristina Campos, y la verdad es que ni siquiera me molesté en leer la sinopsis. Me dije que cuando llegara ya vería. Llegó esta semana a casa
y tampoco la leí. Dejé el libro dos días en el mueble de la entrada y solo al tercero me lo llevé a la habitación.

Entonces, le quité el plástico.

Y aquí, justo aquí, empiezan mis sensaciones de la novela. Quizá sea un poco descabellado, pero fue en el momento en el que toqué la portada cuando me di cuenta de que la elección iba muy bien encaminada. Las letras del título, en la sobrecubierta que llevan todos los libros de Círculo, están en relieve. Sé que va a sonar idiota, pero las de Detrás del cristal también lo están, es algo que nadie ha comentado nunca, pero que a mí me encantó cuando tuve los primeros ejemplares entre las manos. Quizá esa asociación subjetiva empezó a hacer que germinasen en mí las buenas sensaciones que continuaron cuando lo abrí y me sumergí en la primera página.

Y llegué hasta la treinta del tirón.

Lo que leí, me cautivó. El estilo, me enganchó. Me di cuenta de que no había sido un error hacer esa elección idiota: vendarme los ojos y dejarme llevar. Me alegro porque estoy segura de que, por casualidad, se tienen los mejores encuentros.

Por cierto, ¿sabéis lo que hice justo después de esas treinta páginas? Me fui a por un café e investigué sobre la novela. Me encontré con la biografía de la autora, una barcelonesa de cuarenta años, licenciada en Humanidades, y vinculada al mundo del cine ya que desde hace diez años se dedica a la dirección de casting de largometrajes y series de televisión, y que tiene en esta su primera novela. Cuando leí esto, pensé que habría un booktrailer por ahí, sobre todo por su biografía, y lo busqué. Arriba os lo dejo, en lugar de contaros de qué va la novela, en lugar de la sinopsis. Estoy convencida de que os va a encantar.

Por cierto, después leí otras cincuenta páginas de otra sentada. Y me alegré todavía más de haber elegido de una manera tan tonta y de ser capaz de leer a mi aire.

Ahora que me doy cuenta... no he contado nada de la trama, ni de los personajes, pero es que apenas los estoy conociendo. Dentro de unos días, os sigo contando...

sábado, 16 de abril de 2016

DE ESPALDAS AL ESPEJO

Llevo un tiempo así, ignorando la realidad mientras escribo, porque lo que veo ante mis ojos duele. Araña. Desconcierta y sobresalta mi ánimo y no me apetece reflejarlo.

Por eso, porque escribir para mí es pasión y es terapia, en esta novela en la que enredo mis días, en algunos momentos le doy la espalda a lo lógico y me escudo en lo bello, en lo que me gustaría que fuera el mundo. No me apetece pensar con las coordenadas de lo razonable.

Porque no.

Porque ahora necesito escaparme y porque esta no es nada más que una historia.

La que me apetece contar.

miércoles, 13 de abril de 2016

RECORDANDO

"15 de febrero. Parque del Retiro: 21:00.
Empezar de nuevo. Dejar atrás todo lo vivido. Poner el contador a cero para centrarse sólo en lo que está por llegar. Curar todas las heridas antes de volver a pelear. No es posible nada de esto si se quedan cosas guardadas por los bolsillos. Por eso Andrés, aquella noche, había salido de casa antes de tiempo. Tenía una cita pero antes debía hacer algo.

Esa misma tarde, cuando estaba preparándose para volver a verla, la encontró. La pequeña caja que llevaba mucho tiempo ya en el bolsillo de su abrigo. Pensó en qué hacer con ella. No le apetecía devolverla pero tampoco quedársela. Sabía que era una de esas cosas que un día te recuerdan otra vida y no estaba dispuesto a darle esa oportunidad.

Liberarla. Como un libro que quieres que encuentre alguien. Quizá con una nota.
Sí, era una buena idea.
Allí, de noche, encima de un banco, Andrés dejó el paquete. La nota, escueta, sólo contenía una palabra: disfrútalo. Para que alguien, quien fuera, lo encontrara. Sonrió al pensar en la cara que pondría esa persona. A lo mejor nunca sabría que le había costado más de mil euros.
Se dio la vuelta y se fue. Olvidando conscientemente un episodio amargo de su vida, seguro de que así podría empezar de nuevo.
Una anciana, que en otro momento dedicase sus esfuerzos a vaciar los bolsillos de cientos de incautos en la Plaza Mayor recogió el paquete mientras no se creía que la suerte le hubiera sonreído esa noche tanto."
Detrás del cristal, Mayte Esteban.



El resto podéis encontrarlo siguiendo el enlace. Por 1,89€ (versión ebook) tendréis una historia con la que reír, llorar, enamorarse y sentir. Una novela pequeñita, que busca lectores de los grandes, de los que son capaces de leer entre líneas. De los que eligen con el corazón.

lunes, 11 de abril de 2016

TÚ EN LA SOMBRA DE MARISA SICILIA


Sinopsis:

Jorge es un abogado brillante. Saca adelante su bufete, trabaja sin descanso en los casos más complicados, es extremadamente responsable y, cuando acaba el día, se pone al límite en el gimnasio, entrenando y golpeando el saco de boxeo hasta agotar todas sus fuerzas. Algunas veces el entrenamiento funciona. Otras, nada ni nadie puede apartarlo de esa pulsión que lo lleva a lo más oscuro: su adicción al sexo rápido con desconocidas. Un aseo público, un parque, un reservado... Es su oscuro secreto, eso que intenta mantener a raya durante todo el día para que no acabe devorándolo. Jorge, el depredador con sonrisa irresistible, el que logra vencer las defensas de cualquier mujer... Aunque esto no es del todo verdad: hay una que se le resiste. Irene Ávila. La joven e implacable juez Ávila, de carrera meteórica, temida y respetada a la vez. La que se pasea por los juzgados sin mirar a nada ni a nadie, concentrada en su trabajo, bella y distante, escudada tras sus gafas negras. Inalcanzable, como si fuera un reto a la medida de Jorge.

Hasta que un cambio de última hora convierte a Irene en la encargada de instruir la demanda de un cliente vital para el bufete. Entonces una sospecha que no ha sido capaz de apartar resurgirá con fuerza. Jorge cree reconocer en ella a esa mujer que un día le entregó su cuerpo sin miramientos, sin límite alguno, en la absoluta oscuridad de un club de intercambio. ¿Se trata acaso de la misma mujer? ¿Tiene Irene una doble vida? ¿Será capaz Jorge de seguirla hasta el centro de esa sombra que amenaza con engullirlos a ambos?

Mis impresiones:

Me gusta Marisa Sicilia. Desde que leí La dama del paso, que también está reseñada en este blog, descubrí que es una narradora con una sensibilidad especial y con una gran maestría para crear personajes de los que te enamoras. Da igual que sea una novela histórica o una contemporánea, se mueve como pez en el agua en cualquier género que aborde. En esta novela, ¿quién se resiste a Jorge? Irene, la juez que está llevando el caso en el que él representa al acusado, pero es que para ella, Marisa se reserva el misterio de su pasado, que nos irá desvelando poco a poco. Sus heridas son enormes y tendrá que enfrentarse a ellas hasta poder decidir qué quiere hacer con su ordenada vida.

La novela parte de una situación que después entenderemos. Jorge entra en un bar y selecciona a una mujer que le parece atractiva, con la que tiene un encuentro sexual en los lavabos. Rápido. Salvaje. Impersonal.

Ni siquiera necesita el nombre de la desconocida porque, aunque se lo pregunte, lo va a olvidar. En realidad lleva mucho tiempo así, olvidándose de las mujeres con las que comparte unos minutos en los que intenta calmar su ansiedad. Viene de una historia que no acabó bien y el compromiso no lo quiere en su vida. No hay ni una sola mujer que le interese. ¿O sí? Una de las desconocidas con la que tuvo un encuentro en un bar de intercambios le pareció que no lo era tanto. Reconoció a la mujer que menos pensaba que podría encontrar allí, la juez Irene Ávila, pero duda.

Sexo. Corrupción. Dinero. Infidelidades. Prensa. Amor. Traumas del pasado.

Esos son los elementos, y no necesariamente en este orden, que Marisa pone sobre el tablero en esta historia contemporánea. Una trama de corrupción urbanística, algo de mucha actualidad, en la que Jorge tiene que defender al acusado (más que culpable como veremos desde las primeras líneas), le sirve de excusa para desarrollar esa otra historia romántica y dotarla de un marco creíble y con peso.

Ha sido un placer. Porque se lee sola, no creo que si le dais una oportunidad os dure un par de días (te entran ganas de no soltarla). Porque está muy bien escrita. Porque los personajes enamoran. En esta novela, sobre todo el protagonista masculino, Jorge Márquez, al que dota de una personalidad irresistible. Es de esos a los que te dan ganas de pedirle el teléfono, aunque sepas que no es más que ficción.

Llevaba días entre psicópatas, leyendo novelas duras y la verdad es que ha sido una delicia cambiar de tercio, relajar la lectura y encontrarte con una en la que te encuentras cómodo leyendo y avanzando por las páginas. Y no es que las anteriores no me hayan gustado, ya leísteis la reseña anterior, pero de vez en cuando es necesario distanciarse de las historias tremendas que nos cuenta la novela negra.


Espero seguir teniendo suerte entre las lecturas que selecciono. En este caso, así ha sido.